Narcotráfico Cádiz

Huyen y dejan atrás la mercancía y un camión cuando surtían a tres narcolanchas en los esteros de Chiclana

Un grupo de jóvenes que estaba abasteciendo de combustible y suministro a los narcos se vieron sorprendidos por la Guardia Civil y se tiraron al agua para darse a la fuga

Garrafas de gasolina y camión, abandonado todo en la huida. La Voz

M. Almagro

¿Qué puede estar haciendo un grupo de personas, en la más absoluta oscuridad, en un carril de tierra y fango, en medio de un estero de Chiclana a las cinco y media de la madrugada de un día cualquiera? Pues la respuesta la daban ellos mismos cuando simplemente al ver acercarse a las patrullas de la Guardia Civil se tiraban directamente al agua para huir, con el riesgo incluso de no poder salir.

De nuevo esta zona de esteros, entre Sancti Petri y San Fernando, ha vuelto a ser escenario de un capítulo más relacionado directamente con el narcotráfico. Según ha podido saber este periódico, este redundante incidente sucedía la madrugada de este mismo jueves cuando en torno a las cinco y media de la mañana, agentes de Seguridad Ciudadana del puesto de Chiclana que se encontraban de patrulla detectaron movimientos sospechosos de vehículos por la zona. Concretamente en el embarcadero del estero de Santa Catalina.

Los agentes se acercaron para comprobar sus identidades y qué estaban haciendo, al tiempo que se detectaban hasta tres narcolanchas en el agua merodeando, esperando. Sin embargo no les dio tiempo de casi nada ya que este grupo de jóvenes al verse sorprendidos emprendieron la huida echándose al estero y dejando atrás un coche y un camión, que estaba cargado de petacas de gasolina.

El vehículo tenía más capacidad y no estaba lleno por lo que se sospecha que pudieron ser pillados in fraganti cuando ya habían trasbordado algunas de las garrafas a las embarcaciones.

'Surtidores' del narco

Como llevan meses advirtiendo los agentes que trabajan en esta y otras zonas costeras de la provincia, la actividad del 'petaqueo' va en aumento. Se trata de grupos, organizados como collas, que se encargan de llevar hasta las grandes lanchas de 'goma' el combustible que necesitan los traficantes cuando están esperando escondidos la señal para entrar a alijar, a descargar los cientos de kilos de hachís en el punto acordado.

Este 'modus operandi' también se ha incrementado desde que la navegación de las conocidas como 'narcolanchas' está prohibida por decreto, lo que puede además conllevarles que sean decomisadas con la gran pérdida económica que ello supone.

Por tanto, estas collas les sirven de surtidores, también de apoyo para cambiar la tripulación si es necesario, llevarles un mecánico si la 'goma' o los motores sufren algún problema, o aprovisionarlos de comida, ropa y aparatos electrónicos y baterías. Es decir, facilitarles y colaborar con ellos en su cometido que no es otro que traficar con droga.

Asociaciones y sindicatos policiales insisten en la necesidad de ordenar y endurecer la norma penal en cuanto al almacenaje y transporte de estas petacas, al considerar que es una cuestión ya básica en la logística de estas organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico. Y, además, alertan que suponen un «evidente peligro» en cuanto a que se trata de una mercancía altamente inflamable que estos individuos trasladan y guardan de cualquier manera y en cualquier sitio.

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