Narcotráfico cádiz

Caen 'Los Comía' de Chipiona, señalados como los 'capos' de la heroína y la cocaína del Bajo Guadalquivir

Eran conocidos por su violencia y el empleo de perros entrenados para atacar a la zona genital

En junio ya agredieron gravemente a dos guardias civiles cuando fueron a identificar a dos de ellos. Uno de sus canes atacó a uno de los agentes. Todos los detenidos han ido a prisión

M. Almagro

Importante golpe de la Guardia Civil de Cádiz al tráfico de heroína y cocaína en el Bajo Guadalquivir. Pero no solo eso. También a un grave problema de inseguridad que se había desatado en la zona después de que un clan asentado en una barriada de Chipiona, conocidos como 'Los Comía', tuviera amedrantada a toda la localidad ya que además de dedicarse al 'trapicheo' de sustancias muy adictivas también entrenaban y tenían perros peligrosos que no dudaban en utilizar en su defensa si era necesario. Les habían enseñado a atacar a las zonas genitales de quienes les llevaran la contraria o, sencillamente, intentaran que cumplieran las normas y la ley.

Lo comprobaban en junio dos guardias civiles de Seguridad Ciudadana de la localidad que se cruzaron con dos de ellos en un control que estaban desarrollando en la zona de Camacho Baños. Dos hermanos. Fue entonces, cuando al identificar a uno, éste se negó a mostrarles su documentación y aparecía otro sujeto y ambos se enfrentaban de manera extremadamente violenta contra los agentes. El segundo llegaba acompañado de su perro al que azuzó para que acabara también atacando al guardia civil. Ambos terminaban gravemente heridos en pierna y bajo vientre, y los supuestos agresores detenidos.

Pues esos dos individuos eran miembros del clan de Los Comía que, como ha informado este miércoles la Guardia Civil y adelantaba este periódico hace unos días, ha sido desarticulado, por dedicarse presuntamente al tráfico de heroína y cocaína al menudeo en la zona de la desembocadura del río Guadalquivir.

Así, y tras una intensa investigación para identificar a todos los presuntos miembros de esta organización y también sus supuestas funciones, durante la mañana del pasado 21 de diciembre la Guardia Civil desplegaba un amplio dispositivo con numerosos efectivos para cerrarles el 'negocio', un 'negocio' que tenían abierto las 24 horas del día y que estaba causando ya una preocupante alerta vecinal en todo el municipio chipionero.

Por ello se realizaban seis entradas y registros simultáneos en una pequeña barriada de la localidad, que, según la investigación, era «el feudo» de este clan. «El líder utilizaba perros de raza potencialmente peligrosa adiestrados específicamente para atacar a la orden de su amo». Como les ocurrió a los agentes en junio y también en septiembre a un propio integrante del clan al que habían acusado de quedarse con papelinas de cocaína y que acabó teniendo que ser ingresado en el hospital con varias heridas por mordeduras en su cuerpo.

Madrugada del operativo.

Según la Guardia Civil, «este grupo había ocupado la hegemonía del tráfico de heroína y cocaína, después de la desarticulación del conocido clan de Sanlúcar de Dolores 'La Pinilla'».

Como consecuencia de la 'operación Jaco', se han detenido a 10 personas y se han investigado a otras seis. Además se han incautando 150 gramos de cocaína, 20 gramos de heroína de gran pureza, además de sustancias de corte y medicamentos psicotrópicos con los que adulterar las dosis, de las que se han incautado más de 80 ya preparadas para su venta.

La operación se inició, cuando la Guardia Civil, tuvo constancia que desde la desarticulación de los de 'la Pinilla', hace un año, otro grupo de personas, unidos entre sí por fuertes lazos familiares, habría ocupado el puesto de suministradores de heroína, cocaína y 'rebujo' (mezcla de ambas drogas) en la comarca del Bajo Guadalquivir.

«Este clan se habría asentado en una barriada muy concreta de la localidad de Chipiona, donde tenían repartidos distintos puntos de venta de estupefacientes, diferenciando tipos de sustancia y perfiles de clientes, atendiendo a los adictos las 24 horas del día, todo ello a pesar de residir en los domicilios con menores de muy corta edad».

Al igual que ocurría en Huerta de San Cayetano en Sanlúcar y la plaza de la Cruz de Mayo donde se asentaba La Pinilla, la investigación se veía dificultada por las numerosas medidas de seguridad que tomaban en sus actividades ilícitas, teniendo repartidas por la zona gran cantidad de vigilantes o 'aguadores', como se les conoce en el argot que advertían de la posible presencia policial.

«Su forma de actuar consistía en no disponer de grandes cantidades de sustancia en un mismo domicilio, para evitar pérdidas en caso de una intervención policial o un robo por parte de algunos de sus clientes. Según la Guardia Civil, para evitar esto último, tenían los domicilios diferenciados por sustancia ofrecida, de manera que la madre del líder de la organización se ocupaba de la venta de cocaína, mientras que el líder y otros miembros de la organización varones o de menor nivel, se ocupaban de las ventas de heroína y rebujo, por ser sus compradores personas de un perfil más conflictivo.

Dinero intervenido en los registros.

La frecuente ida y venida de consumidores generaba un clima de inseguridad entre los vecinos, que tenían que soportar a cualquier hora peleas y disputas entre las personas que acudían a comprar sus dosis, si bien el carácter violento del líder de esta organización acallaba cualquier protesta que pudiera originarse, ya que era frecuente verle acompañado de perros de raza peligrosa.

Por todo ello y tras numerosas vigilancias y dispositivos de interceptación de consumidores de droga, a los que se les intervinieron pequeñas cantidades de sustancias estupefacientes adquiridas en los domicilios controlados, todas ellas atadas con hilo de color, como marca de la casa.

Gran despliegue para detenerlos

Tras obtener los correspondientes mandamientos judiciales de entrada y registro para ocho domicilios y una finca rústica, en la madrugada del pasado 21 de diciembre a las 05.30 horas, más de un centenar de guardias civiles de distintas Unidades tanto de la propia Comandancia de Cádiz, como del Grupo de Acción Rápida, GAR, se desplegaban en la barriada donde se ubicaban los seis domicilios controlados, realizando estas entradas de manera simultánea y coordinada, siendo registradas con posterioridad otras dos viviendas y la finca rústica.

Durante la intervención se incautaron 143 gramos de cocaína, 20 gramos de heroína, 62 gramos de hachís, 72 papelinas de heroína, 15 de cocaína, un bote de pastillas de tranquimazin y otras sustancias de corte, además de balanzas, envasadoras al vacío y otros elementos que sustentaban los hechos investigados. Junto a todo esto se incautaron multitud de teléfonos móviles, dispositivos electrónicos, más de 5.000 euros en moneda muy fraccionada, 5 patinetes eléctricos y una motocicleta de gran cilindrada.

Por todo ello este pasado 22 de diciembre se pusieron a disposición judicial a los diez detenidos y a los otros seis investigados, decretándose el inmediato ingreso en prisión sin posibilidad de fianza para todos los detenidos.

La 'operación Jaco' ha sido desarrollada por el Puesto Principal de Chipiona, siendo tutelada y dirigida por el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Sanlúcar. De igual forma se ha contado con el apoyo y el esfuerzo de la Fiscalía Antidroga y de los Letrados de la Administración de Justicia, «sin cuya total cooperación no se hubieran podido llevar a cabo los registros de manera simultánea, siendo esto clave para alcanzar con éxito los objetivos marcados». Con esta explotación los investigadores dan por desarticulado a este conocido y «peligroso» clan.

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