Cultura

«Mi trabajo es parecido al de un director de cine»

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Su familia procede de Rusia, de Bielorrusia y Ucrania, «de Moscú, de Minks y Kiev», respectivamente. Sus abuelos abandonaron el país para probar libertad y fortuna en EE UU. Y no les fue mal, como atestigua la posición en la vida de su nieto, Thomas Krens. El director de la Fundación Solomon R. Guggenheim resalta de todas formas que el interés de la entidad por Rusia se debe más bien a su histórica relación, desde sus inicios en los años 30 del siglo XX, con el artista ruso y pionero del arte abstracto Vasily Kandinsky.

-¿Siente usted una satisfacción especial, dados sus orígenes rusos, ante una exposición con la que se intenta abarcar el arte de aquel país?

-No ha sido algo determinante. La fundación Guggenheim está interesada en el arte ruso desde el principio. Una de mis primeras presentaciones en Nueva York fue la dedicada a la colección de George Costakis, centrada en las vanguardias rusas. Fue uno de mis primeros trabajos en el Guggenheim; luego, en 1992, presenté también La gran utopía y más recientemente Amazonas de la vanguardia, y ahora esta muestra que abarca 800 años, desde que surge la idea de Rusia.

-¿Dónde está el origen de un país como Rusia?, ¿a qué se refiere?

-La idea, su origen, viene de una leyenda de un príncipe que circula desde el siglo XI. Por eso, hasta el siglo XVIII se tiene una idea del Rusia un tanto bucólica.

-¿Como comisario de la exposición, de qué se ha ocupado?

-Yo soy el director artístico de todos los museos Guggenheim. Éste es uno de mis cometidos principales. Esta vez mi labor ha consistido en originar la idea de esta exposición de ochocientos años de arte ruso. Yo comparo este cometido con la dirección de una película.

-¿Qué creadores y qué obras recomienda no perderse?

-Muchos de los artistas son nuevos para mí. Mi parte favorita son los iconos. Del XIX, hay pintores que me encantan como Ilia Repin, el del río Volga; es uno de mis preferidos. Y del realismo socialista, Alexander Deineka. Luego hay una parte que me es muy familiar, como es la vanguardia: Malevich, al que en Occidentre se conoce bien.

-Se diría que en la exposición tiene más peso la idea de la abundancia y la amplitud cronológica que cualquier análisis científico...

-Desde luego, el punto de vista de la exposición es mostrar realmente el arte ruso en su amplitud; no se ha querido destacar un periodo concreto u otras cosas. Lo que en definitiva mostramos son las obras maestras de las colecciones rusas. Muchos rusos que han visto la muestra han comentado que faltan muchas obras maestras en los museos rusos... Han estado en Nueva York y ahora están aquí

Arte contemporáneo

-¿El Guggenheim no debiera ocuparse antes del arte que se está haciendo ahora mismo en Rusia?

-Entre 1992 y 2005 el Guggenheim ha organizado 253 exposiciones; 232, un 92%, han sido de arte contemporáneo. Sólo unas pocas -exactamente 12- han sido de arquitectura, diseño y demás, y únicamente 9 no han versado sobre el arte de Occidente o sus contenidos han sido más de tipo histórico, como el imperio azteca y China. El Guggenheim es un museo inteligente que está dedicado al arte contemporáneo, pero esto no le impide hacer otras cosas.

-¿Qué valoración hace del alto el fuego de ETA?

-Veo el futuro del País Vasco con optimismo. Llevo unos quince años de relación con el País Vasco y con la idea de este museo, y puedo decir que me siento orgulloso de ella. Lo que ocurre ahora es una oportunidad para el diálogo entre las personas. Es algo positivo.