Cultura

El mundo en clave abstracta

La joven pintora isleña Marta Nieto presenta en la Sala Fernando Quiñones de El Palillero su primera exposición individual en Cádiz

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Marta Nieto (San Fernando, 1980) tiene los ojos grandes y un pelo rizado y rebelde fácilmente identificable entre los autorretratos de su primera exposición individual en Cádiz. Salpicadas en medio de los abstractos de la sala Fernando Quiñones del Centro Cultural de El Palillero, sus reinterpretaciones de sí misma muestran el universo pictórico y sensorial de una joven que eligió un día filtrar el mundo que le rodea a través de sus ojos verdes. Dos ventanas al mundo capaces de inspirarse en cada anécdota, cada historia para transportar al espectador a un paraíso de colores y blancos sobre papel, a un mundo donde el abstracto se convierte en vehículo de sensaciones propias y ajenas, en una obra abierta en la que la pintora sólo se limita a proponer.

Profesora de enseñanza secundaria en el Instituto Rafael Alberti de la capital gaditana, Nieto muestra en esta exposición el trabajo realizado en el último año. Treinta y siete obras en papel en las que desglosa un sinfín de técnicas de pintura al agua, entre ellas, la acuarela, el guash y la tinta. Al servicio, todas ellas, de uno de los fenómenos inherentes al mundo que nos rodea, los vínculos entre personas y cosas.

«Todos los trabajos giran en torno al concepto de relación. No ha sido un propósito formal sino que se ha ido conformando poco a poco, de manera intuitiva. Me interesan las conexiones que se establecen no sólo entre las personas a nivel de familia y amigos, sino también entre las cosas y los objetos, entre los elementos del paisaje», explica mientras desglosa las dos series principales que conforman la muestra.

«Podríamos dividir las obras entre aquellas a las que yo llamo Circuito por su monocromía y forma. Cuadros muy parecidos en negro y azul en los que desarrollo el concepto de enjambre. La acumulación de piezas independientes, separadas todas las unas de las otras, puede interpretarse como una visión de personas retratadas a vista de pájaro, como gente paseando o agrupada para asistir a un concierto», se atreve a explicar. «En realidad son grupos grandes de gente pequeña, como ocurre en la sociedad», concluye para definir su estilo como «barroco dentro del minimalismo pero, sobre todo, minimalismo».

«Me gusta pensar en la oposición de contrarios, blanco y negro, positivo y negativo... como un aviso de que todo puede dar la vuelta en esta vida. Por ejemplo, el Primer y el Tercer Mundo», explica.

Rebosante de tonalidades como manchas llenas de vida, la obras que conforman la segunda serie de la exposición tienen en el color su máximo exponente. «Son dibujos más pictóricos en los que respeto más las formas y las materias», afirma la artista que reconoce que en esta línea pueden ser más fácilmente reconocibles aquellas historias y anécdotas personales que la inspiraron frente al papel en blanco.

«A pesar de que todas los cuadros tengan un título y un significado que yo le he dado, la manera apropiada de disfrutar de ellos es interpretarlos libremente porque cada cuál debe reconocer en ellos lo que quiera», asegura incluso frente a los retratos ausentes, aquellos en los que ha abstraído un rasgo o señal propia del modelo, como una mancha roja en alusión a sus propios rizos.

Alegre y cercana mientras cuelga los últimos marcos con sus creaciones, Marta Nieto asegura que nunca afronta su trabajo con pretensiones sino «por pura necesidad». «Ahora intento sacar tiempo de mi horas libres para pintar todo lo que puedo y no por obligación sino porque no puedo vivir de otra manera, prefiero sacrificar otras cosas», comenta.

Formada en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla y especializada en grabado y diseño gráfico, la suya es una carrera incipiente en la que la pintura, de repente, se ha erigido vencedora sobre el resto.

«La verdad es que no puedo decir cuáles son mis fuentes de inspiración pero reconozco que en ellas no sólo está la pintura que me gusta, sobre todo del modernismo europeo de Klimt, Shiele o Hundertwasser, sino también de la televisión, de internet y hasta del Postal Free», reconoce con una sonrisa vivaracha. La misma con la que agarrando una cámara digital, anima a la periodista a dejar posar sus zapatillas deportivas. «Los zapatos son otra de las cosas que me encantan», exclama con un guiño.