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La encuesta

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Yo fui durante año y medio objeto de estudio para el Instituto Nacional de Estadística (INE); es decir, que durante dieciocho largos meses tuve la obligación de informar a un perfecto desconocido de todo cuanto pasaba en mi propia casa: lo que comía, cómo dormía, qué veía en la tele, donde compraba. Como un Gran Hermano, pero para el INE y para mí. Después publicaban unas estadísticas donde se decía que la juventud española veía Médico de Familia. Y no era verdad, sólo lo veíamos los de la estadística. Afortunadamente, pronto tuvimos trabajo estable, hijos y piso y dejamos de interesarle al Instituto porque decían que no representábamos a la sociedad española. Menos mal.

Desde entonces miro con lupa todas las encuestas que se publican porque me imagino a los pobres encuestados contestando -como yo- a las preguntas más absurdas y peregrinas del modo más absurdo y peregrino para engrosar unos datos y cuadrar unas cifras que, con toda probabilidad, se elaboran antes que el cuestionario.

Me gusta, sobre todo, cotejar los resultados molestos, los políticamente incorrectos, los que valoran con un cero a la Sanidad Pública cuando la media resultante es de 9,7574.

Las encuestas más divertidas son las de CIS, que se preocupan por la juventud española, la familia, la religión, la memoria histórica. En fin, el pulso de la sociedad. La del pasado noviembre tenía como objeto demostrar que los españoles somos tan tolerantes y tan guays que en un 84,7% estamos de acuerdo con que se permita la entrada a extracomunitarios -sí, los que no son blancos, rubios y listos- que tengan contrato de trabajo, un buen nivel educativo y que hablen correctamente castellano o cualquier otra lengua oficial del territorio español. Sí, sí, han leído bien. Por esa regla de tres habría que echar de España a la mitad de los españoles. Pero bueno, no es ese el objeto de la encuesta.

Ocho de cada diez españoles piensan que los inmigrantes pueden tener los mismos derechos que el resto de la población y que sus hijos tienen derecho a la educación pública y que tienen derecho a traer a su familia, y que tienen derecho a la sanidad gratuita, y que los residentes deberían poder votar en las elecciones. Ocho de cada diez, ¿y qué monstruosidades piensan los dos restantes?

Según las encuestas, dos de cada diez españoles piensa seguir fumando en su puesto de trabajo. ¿Serán los dos de la encuesta del CIS?