HOJA ROJA
La basura
No voy a quejarme de la subida del recibo de limpieza, no. Voy a usar la APP, y ya le contaré por aquí la experiencia
No sé si la nueva APP Plataforma Digital de Participación Ciudadana que el Ayuntamiento de Cádiz ponía en marcha esta semana, «Línea Verde» -del nombre mejor hablamos en otro momento-, será lo suficientemente eficaz o eficiente como para dar respuesta a todas las demandas de los gaditanos, y las gaditanas. Que no lo digo por la aplicación, claro está, porque si tiene usted algo de curiosidad y entra en la web de la empresa, podrá comprobar que más de seiscientos municipios españoles ya cuentan con esta plataforma de mejora para la gestión municipal que incluye servicios como resolución de incidencias en la vía pública, comunicación con los ciudadanos, y ciudadanas, la concienciación e información ambiental o encuestas y votaciones para conocer la opinión de los vecinos. Seiscientos municipios como Santomera, Teguise, Aranguren, Manises, Bollullos de la Mitación, Cobeña -no me lo estoy inventando, insisto, mire la web- que, como Chapinería, pueden decir orgullosos, y orgullosas, que el servicio de Línea Verde les ha resuelto hasta un setenta y tres por ciento de las demandas y dudas a los vecinos. En Villamuriel, por ejemplo, «alumbrado» es la tipología de incidencias más comunicada a través de la web; ya sabe: que si se ha fundido la bombilla, que si no hay luz en mi calle, que si hay una farola rota. En Moncófar, el concejal de Participación Ciudadana se alegraba al comunicar que el 90% de las incidencias y peticiones de los vecinos se resuelven a través de la aplicación; Moncófar, Castellón, tiene según la IA, 8.011 habitantes -que no sé yo hasta que punto les renta más lo de la aplicación que llegarse al Ayuntamiento y decírselo al guardia de la puerta, pero no seré yo quien juzgue ni a los moncofinos ni a la aplicación que, dicho sea de paso, no me inspira demasiada confianza.
El concejal de Moncofar -perdone que insista, pero es que el hombre está tan contento con su aplicación que se deshace en elogios con ella- ha explicado que «una vez recibimos la incidencia en el consistorio, la derivamos a las brigadas municipales, empresas de limpieza o jardinería, es decir, a quienes pueden resolver la situación. Luego el ciudadano recibe en su móvil una notificación con la respuesta a su incidencia y cómo se ha solucionado». Que digo yo que con ocho mil habitantes tampoco es necesaria tanta parafernalia, pero bueno, se ve que la aplicación -o la gente que trabaja en el Ayuntamiento de Moncofar- funciona, al menos. Al menos en esas localidades, porque en Cádiz ya sabemos lo que nos pasa con las incidencias en la vía pública, que lo nuestro, más que de aplicación en el móvil, es de desahogo en las redes sociales. Tanto Twitter y tanta opinión. Porque lo de la app no tiene gracia; uno sigue los cuatro pasos -descarga de la APP, selección de desperfecto, geolocalización y foto con comentario- y no se entera ni el Tato, mientras que en Facebook -el boletín oficial de la verdad- cuelga uno un tochaco y ya tiene la tarde hecha entre los que le aplauden, los que lo insultan y los que aprovechan para poner verde a cualquiera. Cádiz en estado puro. No es ni mejor, ni peor, es que somos así.
A mí me encantaría que la APP funcionara en Cádiz, tan bien como en Tomelloso. Sobre todo, ahora que el Ayuntamiento ha aprobado la subida en la tasa de basura en cumplimiento de la ley que exige a los municipios cubrir el coste total del servicio de recogida, transporte y tratamiento de residuos. Una subida que repercutirá de manera proporcional al tamaño de la vivienda y al número de gente que viva en ellas, y que tampoco va a suponer un agujero en el bolsillo de ningún ciudadano, y ciudadana, pero que vuelve a poner los focos en el servicio de recogida de basura que tenemos en esta ciudad. En cuanto pueda, me descargo la aplicación y le mando al concejal de turno una foto del bidón de mi casa; siento que ustedes no puedan compartir -no lo pondré en Facebook- el placer indescriptible de ver la de porquería que se acumula en el fondo del mismo, porque lo de adecentar los bidones que los vecinos -y vecinas- del centro de la ciudad tenemos como condena en nuestras casapuertas parece que no está en la hoja de ruta del servicio de limpieza ni con subida ni sin subida. Cada quince días, decían… ni en quince años he visto limpiar un solo bidón. Por no hablar del peaje diario de sacar y meter el bidón a las horas indicadas, de buscarlo por la mañana porque el camión ha decidido dejarlo tres portales más abajo…
No voy a quejarme de la subida del recibo de limpieza, no. Voy a usar la APP, y ya le contaré por aquí la experiencia.
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