Opinión

«El Verdugo» de Berlanga cumple sesenta años

Superó la censura, aunque sufrió catorce cortes entre ellos que se mostrase el rostro del reo

Leo que se cumplen sesenta años del estreno de «El verdugo» obra cumbre de nuestro cine y uno de los más feroces alegatos que se han hecho nunca contra la pena de muerte. Leo, también, que la compañía malagueña de Ángel Calvente convierte «El verdugo» de Berlanga y Azcona en un impecable espectáculo de títeres para adultos que se estrena en el Teatro Soho de Málaga.

Han trascurrido sesenta años de aquella película emblemática en nuestra historia cinematográfica que no solo respondía a aquel alegato sobre la pena de muerte si no que mostraba las penurias y las desgracias de una sociedad a la que le costaba mirar para adelante.

La película se basa en la historia que le contó un amigo que, como abogado de oficio debió asistir a la ejecución de Pilar Prades, «La envenenadora de Valencia» y el verdugo encargado de su ejecución no quería llevarla adelante por lo que la sentencia tardó en cumplirse bastante más de lo previsto.

«El verdugo» superó la censura, aunque sufrió catorce cortes entre ellos que se mostrase el rostro del reo (Manuel Alexandre) que en el extraordinario final mostraba más entereza que el verdugo que es llevado a rastras por los funcionarios de prisiones para que cumpla su cometido. El reparto estaba encabezado por José Isbert, Nino Manfredi y Emma Penella.

Sorprende, sin embargo, que la película pasase la censura porque el cine de Berlanga era mirado con lupa. Famosa era la frase de un censor de que cualquier director podía mostrar a dos curas paseando por la Gran Vía, pero en el caso de Berlanga esos curas podían salir de Pasapoga, una famosa sala de fiestas de Madrid.

El caso es que «El verdugo» fue seleccionada para la Mostra de Venecia donde obtuvo el premio de la Crítica Internacional a pesar de las presiones de algunas autoridades españolas, entre ellas el embajador en Roma Alfredo Sánchez Bella, que pretendían que no se proyectara ,al ser considerada «un panfleto no contra el gobierno sino contra la sociedad ; una inacabable critica caricaturesca de la vida española».

A Franco se le proyectó en el Palacio de El Pardo y abundó en su opinión de que el cineasta valenciano era el más peligrosos de los directores españoles en sus críticas al régimen: «Ya sé que Berlanga no es un comunista ; es algo peor, es un mal español.

El resultado fue que «El Verdugo» obtuvo numerosos premios internacionales, pero en España, las presiones, hicieron que solo estuviese dos semanas en cartel. Luis García Berlanga no pudo volver a dirigir en nuestro país hasta 1970 («Vivan los novios»), aunque tres años antes realizó en Argentina, «La boutique».

«El verdugo» insisto, es un feroz alegato contra la pena de muerte y sus oscuros mecanismos, pero también la crónica de una España de otro tiempo donde primaba el servilismo, el machismo y la ausencia de oportunidades, aunque las dinámicas familiares y laborales , sus problemas de fondo prevalen en nuestra época. Una crónica de nuestro pasado a la que no le falta la ironía y le humor negro que caracteriza el cine de Berlanga.

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