Opinión
Trilogía de la venganza
A Park Chan-wook le hicieron falta tres películas para componer su 'Trilogía de la venganza'; a Shakira, tres canciones
A Park Chan-wook le hicieron falta tres películas para componer su 'Trilogía de la venganza'; a Shakira, tres canciones. Qué ganas de trabajar tienen algunos. Son vengativos y rencorosos; vengajosos, en una palabra. Pero a mí, más perra que loba, me da pereza ajustar cuentas a toro pasado. Qué cansera. Y que ya lo hace la de Barranquilla por nosotras. 'Sympathy for Lady Vengeance' se titulaba la última película de la tríada del asiático. Pues eso.
Si los coreanos destacan en la venganza cinematográfica y los colombianos en la musical, los franceses lo hacen en la literaria, que todo siempre queda más fino y más culto negro sobre blanco que si te produce un tío con gorra o te pone los cables Conchita la poligrafista: Jean-Paul Enthoven, afamado editor francés, era pareja de Carla Bruni hasta que esta se lió con su hijo Raphaël, que estaba casado con Justine Lévy, hija de otro listo, Bernard Henri-Lévy. Para desquitarse, Justine escribió 'Y la vida sigue', un libro en el que masacraba a Raphaël y a la Bruni, a la que calificaba de 'Terminator'. En la misma línea de despecho, Jean-Paul publicó 'Lo que le gustaba a Blanche', y Raphaël 'El tiempo ganado', donde ponía a parir a su padre, a su exmujer, a su exsuegro y a un señor de Murcia que pasaba por allí. Los tres hicieron un solar entre la intelectualidad parisina, tan endogámica como las familias reales europeas. O la redacción de 'Periodistas'.
En España también hay quien lleva a cabo su particular trilogía de la venganza. Ágatha Ruiz de la Prada, por ejemplo: empezó desollando a Pedro J. en las revistas, después en el Deluxe y, ahora, en su autobiografía. Y nosotros, sin perder ripio del despelleje. Como los que iban a ver las decapitaciones por guillotina.
