Menos puede ser más

Aunque es cierto que la escuela pública registra peores datos, los números indican que esta crisis de escasez está afectando también a la escuela concertada que pasa apuros considerables. En Puerta de Tierra, la escuela pública deja de cubrir en Infantil de 3 años 148 plazas ofertadas, pero la concertada no salva los muebles y se queda con 113 pupitres vacíos. Está alarmante situación afecta a todos/as y el futuro se torna incierto para unidades y colegios de ambos espectros educativos. Pero si algo es evidente y palpable es que la escuela pública es siempre la que paga los platos rotos de la carestía de alumnado y de la vetusta planificación de conciertos que hace a unos intocables y a otros vulnerables. En esta situación, es preciso una reformulación de las unidades y vacantes de salida, revisando los conciertos para que las zonas educativas cuenten con una equilibrada oferta de unidades y tipos de centros, sin de partida, inclinar la balanza hacía unos en detrimento de otros.

Además del reajuste del mapa educativo, se impone la necesidad de bajar la ratio, de manera que el cómputo de alumnado para asignar o quitar unidades sea más coherente con la especialísima zona gaditana, y oscile entre 15-20 alumnos en Infantil y Primaria. Es el grito unánime de los centros. Esta medida no es sólo un salvavidas, es también una oportunidad educativa extraordinaria. Menos ratio es la posibilidad de mucho más, es la oportunidad de una mejor atención a la gran diversidad de alumnado que puebla las aulas, muchos con necesidades específicas de atención educativa, y al mismo tiempo, de favorecer mejores condiciones y mejores espacios educativos.

Voy más lejos, sea cual sea la realidad numérica de cada centro, y aunque se cierren unidades porque las cuentas no den para más, que no se destruyan puestos docentes, que la dotación se mantenga y que los recursos humanos disponibles sirvan para hacer un trabajo de calidad educativa que fomente desdobles, medidas de apoyo en el aula y programas refuerzo, tan necesarios en estos tiempos difíciles donde la educación requiere una vuelta de tuerca para intentar conectar con los niños y adolescentes de nuestra era, con muchas carencias y problemáticas nuevas, que requieren otro tipo de procesos educativos, vertebrados por las novedades que la tecnología aporta a la enseñanza.

Luego nos quejamos y nos rasgamos las vestiduras cuando nos comparan con Finlandia y los informes nos colocan en un nivel mediocre. Aprovechemos la oportunidad que puede suponer tener centros menos poblados de alumnado, pero con una buena ratio de profesionales que puedan generar una atención más personalizada y contextualizada. En esto de la educación, menos puede ser más.

De nada sirve la literatura de la LOMLOE con sus sugerentes situaciones de aprendizajes, si luego, desde los despachos de Sevilla, se es rácano con los recursos, se pasa el bisturí de la ratio para cortar unidades, se mantienen los privilegios y no se toman medidas concretas de política educativa de altura. Es necesario articular en Cádiz una respuesta creativa y generosa, con altura de miras, y con una decidida apuesta por la escuela, plataforma insustituible para generar ciudadanos de bien. Cádiz es una situación de aprendizaje en toda regla.