OPINIÓN
Salir o no salir
Cada vez hay más voces que alertan sobre la turistificación del carnaval, sobre cómo las agrupaciones se ven obligadas a agradar al público generalista o a plataformas digitales más que a Cádiz y su gente
A mediados de Julio aún me encuentro en la tesitura de participar o no en el concurso oficial de agrupaciones. En esta pasada primavera los autores que creamos nuestro coro, pusimos esta fecha como tope para decidir si salir este año o descansar. La premisa ... más importante era el encontrar una idea brillante. Una idea que nos ilusione y de fuerzas para volver a meternos en la vorágine que supone todo el proceso de creación y preparación para hacer una agrupación. Personalmente la motivación artística es el primer motor para arrancar todos los mecanismos necesarios para presentar en la escena un trabajo digno y competitivo.
Lo tenemos todo para empezar. Un gran grupo, que es el segundo motor más importante en esta aventura y que por suerte es de gran nivel vocal e instrumental, además de una altura humana personal incalculable. Los autores también dispuestos a dejarnos la piel, el local de ensayo, la ilusión, el presupuesto… lo tenemos todo, solo nos falta la idea, que en mi caso es lo más fundamental. Por mucho que adoremos salir en el COAC de Cádiz no es una decisión sencilla, antes era una ilusión sin fisuras, hoy suscita dudas razonables. El Carnaval ha cambiado, el concurso también, y los que nos planteamos dar el paso debemos sopesar con honestidad los pros y los contras.
Empecemos por lo positivo. Salir en el Falla sigue siendo una experiencia única. Para muchos, es el culmen del esfuerzo creativo de todo un año. Montar una agrupación competitiva supone conectar con la historia viva del carnaval gaditano. La visibilidad que otorga el concurso es indiscutible, ganar o simplemente destacar puede abrir muchas puertas. Sin olvidarnos de lo emocional porque formar parte del COAC es vivirlo desde dentro, desde el esfuerzo colectivo, la risa compartida y la adrenalina de pisar el escenario.
También hay sombras que no conviene ignorar. La primera, el desgaste. Participar implica meses de ensayos, gastos, horas sin la familia, preocupaciones, relaciones personales... Todo para competir en un certamen largo, exigente y cada vez más expuesto. A esto se suma el peso del jurado. Las decisiones polémicas que desgastan mucho porque, cuando tanto esfuerzo depende de un criterio tan discutible, la frustración está a la vuelta de la esquina.
Y lo más preocupante, la sensación de que el concurso está perdiendo autenticidad. Cada vez hay más voces que alertan sobre la turistificación del carnaval, sobre cómo las agrupaciones se ven obligadas a agradar al público generalista o a plataformas digitales más que a Cádiz y su gente. Estamos vendiendo el alma del COAC por una ovación fácil o por unos likes.
Así que sí, salir en el COAC sigue siendo un sueño para muchos pero para mi es plasmar una idea, y esa aún no aparece.
No hay una respuesta correcta, solo convicciones personales. Lo importante es decidirlo con honestidad. Y si este no es tu año, no pasa nada: siempre quedará la calle, donde aún resiste el carnaval libre y verdadero.
Un homenaje personal me hace ASCOGA en su cuarta muestra de carnaval en verano, un homenaje sincero que lo recibo con enorme gratitud de la mayoría de coristas a quien considero mis amigos, un honor personal que aunque algunos piensen que me están indicando la puerta de salida yo lo acepto y lo veo ¿porque no?, como un susurro de aire fresco para volver a salir. Aún estamos a tiempo que la idea llegue. Feliz verano.
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