OPINIÓN

La música sacra

Somos amantes de la buena música y del bel canto, implicados con nuestra sociedad gaditana y de su espacio cultural

Nandi Migueles

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Hablar de carnaval en martes santo es complicado porque, aunque me considere un ateo convencido la atmosfera de la ciudad y las condiciones externas que adornan esta peculiar semana, complican esta situación normal de cualquier otra semana del año.

Sin embargo, al igual que el carnaval, esta celebración religiosa se viste de música y música en mayúsculas, sin desmerecer a la de Don Carnal.

En mis años de trayectoria como autor de coros he utilizado cantidad de piezas de música sacra o mal llamadas clásicas, en mis repertorios como parte de presentaciones o popurrís.

Oratorio de Bach, de Haendel o el Réquiem de Mozart estuvieron presentes en mis coros desde el principio.

Muchos temas de Beethoven, de Schubert, de Verdi, de Vivaldi, de Wagner, de Tomas Luis Victoria, de Strauss, de Monteverdi, de Haydn… que fui mezclando entre las músicas de Paco Alba, El Tío de la Tiza...

Aunque pueda pensarse lo contrario esta música que parece elitista para muchos, estuvo creada al igual que la de carnaval por gente del pueblo. En general eran personas humildes donde por aquellos tiempos no se les consideraban artistas sino trabajadores a sueldo, donde sus obras en mayoría fueron creadas por encargo, por lo que sus autores dependían de un salario para subsistir.

El destino y Michael Haydn ha querido que este pasado sábado en el Gran Teatro Falla hayamos compartido el deleite de interpretar su Réquiem un gran número de coralistas de procedencia carnavalera.

Para todos fue una gran noche. Por un lado, se emprendió con un paladar exquisito la nueva Orquesta de la Universidad de Cádiz con catedráticos, profesores y músicos de un nivel reconocido, como las hermanas y gaditanas Lara y Claudia Sanson, a la vez se estrenó una preciosa obra musical autobiográfica «Clamavit Iesus» del gaditano y amigo Juan Pablo Otero que dejó maravillado a todos los presentes, al igual que la ejecución de otro virtuoso pianista gaditano José Alberto Sancho que interpretaba las obras de Eduard Grieg con una maestría que asustaba por su insultante juventud. Rematando la noche nuestra coral de la UCA junto a mis amigas y solistas Lucia Millán, soprano y María Ogueta, contralto, que destacaron por su impecable ejecución vocal, la cual va siempre unida en paralelo con su impecable forma de ser y encanto personal. Francisco Arbós de tenor y Damian Whitele como bajo completaban nuestra nómina de artistas dirigidos magistralmente por nuestro director y amigo Juan Manuel Pérez Madueño, también gaditano, quien realiza una labor cultural en nuestra ciudad digna de mención y valoración especial.

Pues a pesar de todo esto, el día que se anunciaba el nacimiento de la nueva orquesta universitaria hubo quien utilizó de forma despectiva el término de carnavalero con los miembros de la coral. Como si los que saliéramos en carnaval no tuviésemos nivel suficiente para participar fuera de nuestro ámbito carnavalesco y estuviésemos haciendo uso del intrusismo más rastrero.

Dani Madueño, Luis y José Luis Madueño, Antonio Carlos, Javi Bancalero, José Manuel Pedrosa, Guillermo García, Juan Antonio Fernández, José Piñero y yo mismo, salimos o salieron en agrupaciones de carnaval y pertenecemos a las cuerdas de tenores y bajos de la coral universitaria. Somos amantes de la buena música y del bel canto, implicados con nuestra sociedad gaditana y de su espacio cultural.

Como diría una buena amiga, seguramente que los que se atrevieron a desmerecer nuestra participación en dicha coral son como Emeterio; del coño de su madre al cementerio.

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