OPINIÓN
La bandurria y el laúd
Hemos visto indios con un bajo eléctrico, moros con acordeón y militares con batería. Esto no sería preocupante mientras bandurrias y laúdes siguieran escuchándose
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Iniciar sesiónEn nuestro singular carnaval aparte de la originalidad, creación de tipos y sus genuinas composiciones una de las peculiares diferencias que encontramos con el resto de carnavales del mundo es el sonido de bandurrias y laúdes sonando en las orquestas de nuestros coros. Mientras que ... el resto de carnavales llevan instrumentos de todo tipo como trompetas, teclados, batería, bajos… aquí en nuestros coros aún, y por suerte para el legado de nuestros antepasados, no se permite incorporar otro tipo de instrumentos en la pieza más genuina de todo nuestro carnaval como es el tango.
En el resto de repertorio se utilizan sin ningún sonroje toda la variedad de instrumentos que existen en la actualidad. Antiguamente, me refiero desde unos 15 años atrás como mucho, los grupos añadían pinceladas para engrandecer su presentación, estribillo o popurrí con algún instrumento que fuese de la mano con el tipo que se llevaba, es decir si iban de cubano pues llevaban congas, si iban de flamencos sonaban castañuelas, si iban de payasos llevaban un saxo, si iban de militares sonaban tambores… eran instrumentos que acompañaban a la idea, no eran protagonistas del repertorio, las guitarras, las bandurrias y los laudes seguían sonando con un papel muy protagonista en las demás piezas además que el tango.
Hoy día refuerzan musicalmente su repertorio incorporando baterías, teclados, bajos o contrabajos, saxofones y hasta guitarras eléctricas, aunque no vayan con el tipo ni la idea. Todo está dentro del cumplimiento de las normas, no hay nada ilegal. Hemos visto indios con un bajo eléctrico, moros con acordeón y militares con batería. Esto no sería preocupante mientras bandurrias y laúdes siguieran escuchándose, cosa que no pasa.
Algunos han optado incorporar como norma fija en sus grupos un asiento musical que acompañe al resto del repertorio. Le da una riqueza musical increíble y sirve para mantener la afinación y llevar el ritmo perfecto. Casi nadie cojea como antes pasaba al llevar percusión y teclado con un fondo eléctrico amplificado que hace seguir la música más fácil.
Partiendo de la base que soy partidario de la innovación en las agrupaciones y de ahí mis coros como muestras de Titirimundi, La máquina, Que no pare la música… solo me gustaría que se mantuvieran el sonido de la bandurria y el laúd en todo el repertorio. Que no desaparezcan de la escena en presentaciones, estribillos y popurrí como pasa hoy día en muchos casos. Estos signos son parte de nuestra identidad. Si no suenan éstos, podríamos confundir a cualquiera que los oyese, pues no distinguirían a los coros gaditanos de otro tipo de manifestaciones culturales carnavalescas como murgas canarias, rondallas o sociedades uruguayas.
Está claro que no soy sospechoso de que esto sea una reflexión propia de un abuelo Cebolleta, a éste que les escribe lo han criticado y castigado a lo largo de su historia como autor por presentar coros transgresores para la época (como a Julio Pardo) pues nos salíamos del tiesto en algunas ocasiones, tan solo por utilizar mímicas, bailes, instrumentación o movimientos escénicos, pero eso sí, siempre en acorde con el tipo e idea pero sobre todo con un papel muy predominante de la bandurria y el laúd.
Conservar la identidad no requiere de tanto esfuerzo, solo se necesitan ejecutantes buenos de pulso y púa y que los autores y directores quieran que suenen, aunque el sonido sea más acústico y natural pero el ritmo y la afinación sea más difícil de mantener.
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