OPINIÓN

Winter is coming

España se parece políticamente a Juego de Tronos

Las series se han vuelto una compañía imprescindible en muchas de nuestras vidas, ya bien sea en el descanso del verano o como parte de nuestra rutina.

Una de las series de la última década ha sido Juego de Tronos (Game of Thrones, GOT). De ... ella, inspirada en una saga de libros, han quedado en nuestra memoria espectaculares imágenes y localizaciones, así como frases que utilizamos en contextos coloquiales, entre ellas, la célebre «Winter is coming», es decir, «El invierno se acerca».

No es el invierno lo que ha llegado este fin de semana, sino el otoño. Con él, volvió de lleno el curso político, tan revuelto como se fue. Tan lleno de batallas como la serie que da inicio a este artículo. Es frecuente, de hecho, que muchos extraigan similitudes entre la política y algunas series de televisión, pero particularmente se hace con esta.

Y aunque sea por subtramas, anécdotas o enseñanzas que darían para conferencias e incluso algún libro, la similitud entre la política, en este caso española, y Juego de Tronos es fácilmente trazable si la dibujamos sobre esa frase sobre el invierno, como metáfora de que grandes peligros están en camino.

La serie, para quien no la haya visto, basa gran parte de su trama en las disputas entre diferentes personajes de distintos reinos que buscan conquistar el poder simbolizado en el «Trono de Hierro». Sin embargo, la propia trama nos recuerda que, más allá de las peleas mundanas, de personajes maquiavélicos que, de manera inmoral, hacen lo que sea por mantener el poder, en la vida encontramos enemigos superiores. En este caso es el llamado «ejército de caminantes blancos»,

Por eso, España se parece políticamente a Juego de Tronos. La Moncloa sería el particular «Trono de hierro». Hay personajes maquiavélicos que, con malas artes y sin importar quiénes son sus aliados, hacen lo que sea por retenerlo. Hay otros que, con honor, intentan que triunfe el bien, pero encuentran falta de entendimiento y guerra declarada, incluso, por quienes comparten sus objetivos principales.

Lo preocupante es que, mientras libramos nuestra batalla diaria para devolver el urgente y necesario honor al trono, al otro lado del muro se acerca cada vez más el invierno. Un ejército de caminantes blancos, algunos agrandados en peligrosidad nuestro gobernante actual: la vivienda, el futuro de los jóvenes españoles, la caída del poder adquisitivo, las pensiones, el encaje de la emigración, las tensiones internacionales, la relación con el agua en el territorio nacional o la protección de la España rural y la vida en ella

Por eso, acabar con las malas artes en ese trono es urgente para enfrentarnos a todo aquello que sigue avanzando. Y hay que hacerlo antes de que llegue el invierno y sea demasiado tarde.

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