El abuelo Cebolleta

Afirmamos que en nuestros tiempos ésto no pasaba y lo que hoy en día estamos padeciendo no le hace ni sombra a lo de entonces

Que cualquier tiempo pasado fue mejor es un pensamiento que llevamos intrínsecamente y que exteriorizamos cuando queremos poner de manifiesto que algo de lo que ocurre o vemos en la actualidad no es de nuestro beneplácito. ...

Nuestro abuelo Cebolleta recóndito defenderá a capa y espada que la música, los libros, la gastronomía, la educación, la moda, el fútbol, la televisión, el teatro, el cine, la juventud, la Semana Santa… Todo lo que se realizaba en nuestra época pasada era mejor y más cabal que lo que se hace actualmente. De Carnaval también por supuesto.

En las redes sociales es sobre todo donde podemos encontrarnos con sus comentarios de alabanzas hacia otros tiempos mejores, su tiempo claro. Casi nunca hablan en positivo del Carnaval o de los grupos y coplas actuales. Todos son añoranzas hacia lo que vivieron o hicieron porque también hay mucho autor Cebolleta que una vez le sonó la flauta y siguen viviendo de ello. El compás y la gracia de antes murió para ellos hace mucho tiempo. Algunos sostienen que las cabalgatas de los años 60 y 70 eran más deseables que las actuales, sin ponderar siquiera que las carrozas de entonces pasaban por la calle Ancha donde su tamaño y calidad no tienen nada que ver con las que ahora desfilan por la avenida en cuanto a su importancia y proporción.

Muchos de estos ‘cebolletas’ abanderan que el ambiente callejero era más sano que el actual, obviando que en el presente nos visitan miles de foráneos que engrandecen a nuestra ciudad económicamente, donde, y como añadido si cabe, participan cientos de agrupaciones oficiales y callejeras afortunadamente. Antiguamente esta participación se reducía a cinco coros y cinco chirigotas y hasta el año 60 que nació la comparsa no se pasaba de 20 grupos nunca. Otro argumento manido por estos abuelos es que los pasodobles de verdad eran los de antes, que eran cantables y fáciles de recordar, pero la realidad es bien distinta pues nos indica que la gente de este tiempo canta a Bienvenido, Ares, Tino, o a Juan Carlos, igual o más que ellos cantan a Paco Alba o Martín.

Generalmente tendemos a magnificar nuestras anécdotas del pasado. Agrupaciones que por ejemplo nos parecían una maravilla en todo su repertorio, si nos pusiéramos a analizarlas minuciosamente, veríamos que en la actualidad no hubieran pasado ni tan siquiera el corte de semifinal.

Con las finales ocurre lo mismo, han sido sobrevaloradas. Nuestro Cebolleta imagina su final vivida de los 80 como si fuera aquel concierto inolvidable de Woodstock 1969 celebrado en el estado de Sullivan (Nueva York), donde debutaron muchos artistas nuevos como Joe Coker, The Who, Jimi Hendrix, Bob Dylan o Janis Joplin. Nuestro abuelo interno eleva a la enésima potencia cada copla y cada grupo que recuerda.

Dejemos de mirar al ombligo de nuestro pasado y vivamos el presente para sembrar el futuro. Ningún tiempo debe desmerecer a otro, cada uno es esclavo de sus circunstancias porque si antes todos cantaban ‘Ay vaporcito del Puerto...’, hoy son muchísimos más los que cantan ‘Me han dicho que el amarillo...’.

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