SIN ACRITUD

Dios los cría

Era su círculo más íntimo, el núcleo duro, pero no sabían nada de lo que hacían

Ignacio Moreno Bustamante

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La economía va bien. Eso dicen. Y tiran de datos macroeconómicos, de crecimiento del PIB, de control de la inflación, de superávit externo y otros parámetros fácilmente manipulables a ojos de una sociedad anestesiada e inmune ya a tanto despropósito. La economía va bien. Eso dicen. Y tenemos que creérnoslo. Porque lo dicen ellos. Lo dice el Gobierno, lo dice Pedro Sánchez y lo dice María Jesús Montero. Y a tragar. Aunque lo que usted ve cada día no se acerque ni remotamente a lo que escucha machaconamente. Aunque usted no entienda qué indicador aplican cuando, al salir del supermercado, el carro que hace dos años le costaba 80 euros ahora no baja de 120. Y qué variable aplican para que su hijo, con 35 años y más de una década cotizada ya, no tenga ni para plantearse dar la entrada de un piso de dos habitaciones que no llega a 70 metros cuadrados. Y que su sueldo apenas ha crecido un 3% desde que lo contrataron como becario y el coste de la vida se haya disparado por encima del 20%. Y subiendo.

La economía va bien. Eso dicen. Y tenemos que creérnoslo. Porque lo dicen Pedro y María Jesús. Los mismos que pusieron la mano en el fuego por Ábalos, Koldo y Santos Cerdán. Los que no se enteraban de nada de lo que hacían. Los que 'saben' que España «va como un cohete» pero no sabían que su círculo más íntimo, su núcleo duro, estaba saqueando las arcas públicas con las mordidas en los contratos de obras como el puente del Centenario en Sevilla. O cuando compraban mascarillas en la pandemia. Y que celebraban cada engaño, cada estafa, en prostíbulos de toda España o en fiestas privadas en cualquier Parador público. Dios los cría y ellos se juntan, dice el refrán. Se juntaban también con el tal Paco Salazar, el que se aprovechaba de su cargo y de la confianza del presidente para acosar a trabajadoras de su propio partido. Pero Pedro y María Jesús tampoco lo sabían. Dios los crio, ellos se juntaron y Pedro los bendijo. Pero él no sabía nada. Sólo 'sabe' que la economía va bien. Es lo único que se le ocurre para desviar la atención. Y nosotros a tragar.

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