Enrique García-Agulló

¡Qué pena!

Nacimos para el bien, pero a lo largo de nuestro devenir, nos podemos torcer y, a veces, como en ésta, de manera incomprensible

Enrique García -Agulló

Tenía preparadas yo unas líneas para hablar con ustedes esta semana sobre la desfachatez de lo que está pasando, de los vaivenes de este gobierno desgobernado, de «sus digo y sus Diegos», pero todo se me ha quedado parado en el ordenador porque, ¿qué cosa ... hay hoy más trágica y dolorosa que compartir? ¿Acaso vale hablar de su política mientras una madre llora y sufre desconsolada en Canarias? ¿O cuando tantos otros están revolviéndose en su sufrir por recordar hechos similares? La verdad es que hoy me da igual lo que pase en el gobierno y aún lo que no pase, allá ellos. Que el futuro nos pueda resultar más grato que este atormentado presente, así que, en este día, al menos para mí, ni una línea más.

Artículo para resgitrado

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