OPINIÓN

Chipper

‘Chipper’ en castellano: alegre y animado, forma parte del apellido de David Chipperfield uno de los arquitectos con mayor reputación en el mundo

La voz inglesa ‘chipper’ en castellano: alegre y animado, forma parte del apellido de David Chipperfield nacido en Londres en 1953 y que hoy es uno de los arquitectos con mayor reputación en el mundonacido en Londres en 1953 y que hoy es uno de los arquitectos con mayor reputación en el mundo. Le he conocido personalmente y en efecto su diáfana sonrisa adolescente hace honor a su apellido. Baruch Spinoza (1632-1677) judío holandés de origen español que trabajando como tallista de vidrio escribió diversos tratados filosóficos de gran influencia en el pensamiento occidental, entre los cuales destaca su Ethica, sostenía que la alegría es la principal de las virtudes pues compendia a todas las demás. Así se explica que las personas alegres como David Chipperfield también sean «en el buen sentido de la palabra buenos». Esta relación entre apellido y personalidad, de alguna manera me recuerda una conversación con el poeta Osías Stutman (Buenos Aires,1933) quien trabajando en Nueva York fue propuesto para el nobel de Medicina y ya jubilado vive en Barcelona donde continua una excelente obra poética. Osías es un apasionado de los valores del inglés como idioma y resalta su doble origen, latín y teutón. Me comentaba los juegos de palabras al uso, como el nombre de los Beatles apocope de la palabra beetle (escarabajo) y de la llamada ‘generación beat’. Así pues se me antoja que al insigne arquitecto podríamos llamarle en castellano David el Alegre.

Una de la primeras obras de David Chippefield, a principios de los años ochenta, fue el pequeño restaurante Wagamama en el londinense barrio del Soho que crea un concepto de cocina rápida de calidad. Los promotores, ingleses de primera generación procedentes de Hong Kong, ofrecen las saludables cualidades de la comida asiática en un ambiente de diáfana modernidad que el arquitecto resuelve mediante un exquisito minimalismo. El éxito de esta idea genera una cadena que hoy se extiende por toda Europa.

También en Londres, podemos disfrutar ahora una obra más madura y compleja de este brillante arquitecto: la ampliación y remodelación de la Royal Academy of Arts. Transforma la mansión palladiana Burlington House, sede tradicional de la Academia con un edificio victoriano contiguo que pertenecía a la Universidad de Londres. Chipperfield establece una conexión en línea recta a través de un puente túnel que une ambas piezas a través de un pequeño jardín. Respeta y a la vez reinventa los edificios originales sin alterar su naturaleza. Muy interesante la introducción de un auditorio al modo de los teatros griegos mediante graderío de roble y piel. Es una actuación que prolonga la de este arquitecto en el Neues Museum de Berlin en 2010. Una operación para completar el volumen general después de su destrucción en la Segunda Guerra Mundial. En ambas obras destaca la prudencia evitando el exceso de protagonismo al cual los arquitectos mediáticos nos han acostumbrado.

Durante estas fechas en tres pequeñas salas del nuevo edificio se expone la obra de Renzo Piano (Génova,1937). Genial idea construir la maqueta de un lugar imaginario, Royal Academy Island, en la cual se ubican todos los edificios que configuran la extensa producción de un maestro el cual alcanzó notoriedad con el centro Pompidou de París y en España ha proyectado el edificio Palmas Altas en Sevilla y la fundación Botín en Santander. Excelente montaje expositivo al cual contribuye la luz cenital que introduce Chipperfield en el viejo caserón, ofreciendo detallada información acerca de todas las obras de Piano entre las cuales mi preferida es el pequeño museo Beyeler a las afueras de Basilea.

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