El ejemplo de la sensatez y el compromiso

Lejos de las excusas que suelen emplear los alcaldes para referirse a sus vecinos, en las que se combina la autocomplacencia con unas miras electorales constantes, el joven regidor polichero ha dado un puñetazo en la mesa para señalar a quienes se saltan a la torera las restricciones sanitarias. «Es como un homicidio imprudente. Su imprudencia puede matar». Tan duro como claro, con unas palabras que pueden ser aplicables a los irresponsables que campan por toda la provincia de Cádiz. Pérez ya se mostró indignado cuando, hace apenas unos días, la Policía Local desmantelaba una fiesta con más de 40 personas en las que se incumplían todas las medidas la seguridad. El aumento constante de casos –con el consiguiente perjuicio para la ya maltrecha economía local– ha sido la gota que ha colmado el vaso. «Tolerancia cero con los imprudentes. Porque no sólo ponen en juego su salud, sino la de los míos y la de los tuyos», lamentaba ayer en un comunicado público, en el que afirmaba que «somos uno de los pueblos que más está sancionando por covid y seguiremos haciéndolo».

Es de aplaudir el acto de autocrítica del regidor y la dureza con la que ha elegido las palabras, conocedor de que en esta crisis no es conveniente andarse con medias tintas. Más aún cuando ha reconocido que el propio ayuntamiento tendrá que ser sometido a escrutinio cuando amaine la crisis y ha anunciado que pondrá su cargo «a disposición de la ciudadanía» una vez recuperada la calma aunque, antes, confía en que se pueda vencer esta situación «con nuestro ánimo individual y nuestra responsabilidad colectiva». Trabajo no le va a faltar. Confiemos en que a Pérez, como al resto de alcaldes de la provincia, nos les falle la ilusión. Y que el conjunto de policheros y gaditanos no olvidemos nuestra responsabilidad colectiva en esta pandemia.