La física

Hace pocos días nuestro Gobierno ha resuelto el mayor enigma de la física cuántica, la teoría de la teletransportación

No sé si mi sabio amigo Serafín Pazo estará de acuerdo conmigo. Lo del griego Arquímedes no ocurrió en una bañera. Según cuentan, su certero Principio ocurrió en una tina. Le encargaron calcular el volumen de un objeto de dimensiones y forma extraña. El reto ... era casi imposible. Él llenó la cuba hasta el borde, sumergió el objeto y calculó el agua que había desalojado. Esa cantidad era su volumen.

La física comparte maternidad con la matemática como ciencia. Estudia mediante leyes la energía, la materia, el tiempo y el espacio, es decir el mismísimo Universo.

Toda ella se rige por normas irrefutables que la hacen la más infalible del cosmos. Todo empezó siendo pura energía y física. Decía el físico Steven Weinberg que no hay que buscar en la mano de un Creador, sino en ‘Los tres primeros minutos’. La física está presente desde nuestros amaneceres hasta en nuestras noches más oscuras.

Hace pocos días nuestro Gobierno ha resuelto el mayor enigma de la física cuántica, la teoría de la teletransportación. Sin manejar ordenadores cuánticos ni recurrir a aceleradores de partículas de última generación, se han iniciado los procedimientos para teletransportar o repatriar a más de 700 menores a Marruecos. Han resuelto al mismo tiempo los secretos de ‘La máquina del tiempo’ y ‘El hombre invisible’ de H.G. Wells. Nada de salvaguardar los derechos de la infancia, nada de proteger a esos niños y niñas renegados por su país de origen y que huyen del hambre, y que sólo aspiran a una vida algo mejor.

Son capaces de llegar a acuerdos con gobiernos que no respetan a sus semejantes, con tal de proteger unas fronteras que más que separar deberían servir de lazos de unión. Nuestros políticos no han precisado de investigadores de primera línea, a esos los mandan al extranjero. Ellos se han bastado y sobrado para refutar con su saber todo el conocimiento hasta ahora conocido.

Por otro lado tenemos la Teoría Básica de la Electricidad. Los cuerpos cuando cogen electrones se cargan negativamente y cuando los pierden se quedan con carga positiva. La población, qué no da crédito, se va cargando de energía negativa soltando millones de euros, mientras que las eléctricas cargan positivamente sus cuentas de resultados. El Gobierno actúa como un neutrón que mira hacia otro lado. Siendo incluso capaz de renunciar a su recarga, con tal de no molestar a los protones, que seguro que los compensaran en la puerta giratoria.

Y nos queda la Teoría de la Gravedad de Newton. De ella hemos sido testigo al ver caer a ciudadanos afganos de aviones de las fuerzas aéreas americanas durante el despegue en el aeropuerto de Kabul.

Con el vasto conocimiento de la física diaria, que es la que interesa a la ciudadanía, seguro que nuestra clase política es capaz de encontrar explicaciones a las teorías del Cosmos Extremo de Stephen Hawking, a su Big Bang y a sus agujeros negros.

¡Impensable para un Gobierno que se dice progresista!

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