El ovni de Cádiz y sus consecuencias

Como la campaña va a ser tan larga (ya que las andaluzas darán la lumbre para encender las municipales) les pediría a nuestros representantes un poco más de creatividad. Ya que se han decidido por matarse a palabras llenas, que lo hagan con más ingenio y con temas que puedan resultar más jugosos para el melancólico lector. Las ideas podrían ser tan grandes como la imaginativa de sus ambiciones. Pero no me resisto a darles una propuesta por si se notaran huérfanos de trincheras en las que cavar una zanja tan profunda como absurda. Y es que ante lo manido de disputas como la memoria histórica, el aparcamiento, la educación pública o la limpieza, creo que deberían contemplar unas declaraciones sobre una invasión extraterrestre a la ciudad. Horror, llegan los de verde.

Imagínense. Decimos que una nave aterrizará el próximo miércoles de Titán en la plaza de España. Y en menos de dos horas tendremos a Kichi reivindicando los esfuerzos para aumentar la promoción de Cádiz más allá de Júpiter y lamentando que desde Madrid se impida a las titanesas y los titaneses integrarse en la vida de la ciudad. Desde Ciudadanos verán bien que llegue un ovni pero reprocharán la falta de zonas de aparcamiento para este tipo de vehículos, de los que Martín Vila destacará que son respetuosos con el medio ambiente y la memoria histórica. Juancho Ortiz puede que recuerde que con Teófila Martínez nunca se estuvo en riesgo de una invasión alienígena y reclame que, cuando lleguen, sea la bandera de España la que luzca en la plaza de Sevilla. El PSOE se mostrará en contra. Muy muy en contra. Pero votará a favor. Eso sí, no sabemos aún de qué. Y no faltaremos tampoco los medios de comunicación, claro, atentos como estamos a los aterrizajes marcianos desde que empezó todo este cuento.