El Apunte

Una ayuda para no competir en desventaja

Más allá de las subvenciones momentáneas al vacuno de retinto, el incluirlo en las ayudas de arraigo lo iguala al resto de reses para poder competir

La Voz de Cádiz

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El refranero español siempre es útil cuando se quiere resumir una realidad del día a día de la provincia. Con la promoción de la carne de retinto podía emplearse, hasta ahora, la máxima de «te quiero mucho perrito, pero pan poquito». Y es que por vez primera se ha incluido esta específica cabaña ovina dentro de los paquetes de ayudas para lograr el arraigo, lo que ha supuesto una felicísima novedad, según han reconocido tanto desde las asociaciones agrarias como de las agrupaciones de productores de raza retinta. Porque este hito se une al conseguido en el mes de noviembre cuando desde el ministerio se les daba el marchamo también para optar a las ayudas específicas, tanto a a las reses gaditanas como a las que habitan en Extremadura. El haber iniciado esta catalogación hará más sencillo que en los próximos años puedan seguir optando a esta suerte de ayudas.

Más que por la ayuda en sí, que también, este respaldo por parte de la Junta es positivo porque les permite competir en igualdad de condiciones con otro tipo de reses que sí gozaban de esta especial protección. En un mercado tan competitivo y con los precios tan ajustados como el de la carne, el no contar con una ayuda que facilite las labores de producción y distribución puede ser un hándicap importante.

Además, supone el reconocimiento de la carne de retinto como uno de los alimentos autóctonos de la provincia, como uno de esos elementos que ayudan a configurar la extraordinaria oferta gastronómica gaditana tanto por su diversidad como por su excelencia. Y no puede soslayarse que la vaca retinta es una raza que tiene un importante valor ecológico, como se ha reconocido en los foros ambientales. Al ser una raza autóctona, está perfectamente adaptada a las condiciones naturales de la provincia, lo que significa que su cría no tiene un impacto negativo en el medio ambiente. Además, la cría de vacas retintas contribuye desde hace decenas de generaciones a mantener la biodiversidad y la variedad genética de la zona, lo que es esencial para asegurar la sostenibilidad y la resiliencia de un ecosistema con un equilibrio tan frágil como el gaditano.

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