Opinión

Luces intensas

«Resulta difícil imaginar cómo habría sido la trinidad a los 80 años y quizá sea elucubrar sobre algo que era imposible que sucediera con su manera de consumir la vida»

Juan Bas

Cádiz

Las luces que brillan el doble duran la mitad», le dice Tyrell, el creador, a su criatura, el replicante Roy Batty, en 'Blade Runner' (Ridley Scott, 1982). Batty ha conseguido acceder a la vivienda de Tyrell en el corazón de la impresionante pirámide que alberga su empresa y simboliza el poder del faraón, también el triángulo de la divina trinidad, del supremo hacedor. El replicante ha ido a ese encuentro porque no se conforma con su prefijada y próxima fecha de caducidad, no quiere morir. Tyrell le explica que es imposible una prolongación, no hay remedio; y, a modo de justificante o de consuelo, es entonces cuando le hace la metáfora comparativa de la duración de las luces de brillo intenso, a lo que añade que Roy ha brillado mucho, que aproveche el tiempo que le resta.

He visto en Filmin 'Janis' (Amy Berg, 2015), que es muy buen documental. Janis Joplin consumó su rápida combustión en 1970, abrasada por el alcohol y la heroína. Dos semanas después de la muerte de Janis murió Jimi Hendrix, otra luz de brillo intenso que se fundió pronto. Conquistó la inmortalidad artística con su guitarra salvaje cargada de LSD en tan solo cuatro años. También nació en 1943 Jim Morrison, el mítico cantante de The Doors, y murió asimismo a los 27 años quemado por el ardor de su propia hoguera. Encontré la sencilla tumba de Morrison en el célebre cementerio parisino de Père Lachaise; estaba cubierta por ramos de flores frescas y emergía entre el colorido una botella de Four Roses con un fondillo de «bourbon».

La lápida tiene una inscripción en griego antiguo de la que se hacen distintas traducciones; la que más me gusta es «el demonio está en mí», que sirve para la trinidad Janis, Jimi y Jim, pero no solo para ellos. El llamado Club de los 27 de estrellas del rocanrol muertas a esa temprana edad lo completa Brian Jones (ahogado en una piscina por causas desconocidas en 1969), miembro fundador de The Rolling Stones, y bastantes años después Kurt Cobain (se pegó un tiro en 1994) y Amy Winehouse (coma etílico en 2011).

Resulta difícil imaginar cómo habría sido la trinidad a los 80 años y quizá sea elucubrar sobre algo que era imposible que sucediera con su manera de consumir la vida. O no, y si Janis hubiera sobrevivido al caballo en 1970 tal vez habría conseguido amainar y desengancharse, incluso pasar al dique seco del alcohol, y hoy les cantaría a sus nietos a capela una versión lenta de 'Me and Bobby McGee' con una taza de té en la mano. Pero las cosas solo son del modo que fueron y lo demás es literatura.

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