OPINIÓN
Las preocupaciones de la arquitectura
La ilusión de hacer bien la arquitectura para todos se ha perdido con la emergencia de los actuales divos
El ciudadano va perdiendo el aire que alimentó su cariño por la arquitectura. En mi humilde opinión, ya comentada alguna vez, casi todo el siglo XX y este XXI, seguimos adorando un racionalismo único, enredados en divisiones de buenos y malos arquitectos. Se ha hecho ... un gran daño a la profesión, convirtiéndola en producto de elitismos e intereses. La ilusión de hacer bien la arquitectura para todos se ha perdido con la emergencia de los actuales divos. Han sabido llegar mejor con sus espectaculares edificios y ambiguas pretensiones, que la concienciación por una sencilla arquitectura, que debe ir dirigida básicamente a lo social. Ya Álvaro Siza decía: «somos el capricho de unos pocos ricos». En una sociedad que se cree más lo virtual que lo real, la arquitectura va importando para la mayoría, cada vez más un bledo.
Los grandes hacedores de máquinas de vivir o escenarios urbanos de cualidad para la convivencia común, utilizan materiales excesivamente duros y mojosos que comunican rechazo y sorpresas incendiarias. Hemos perdido el suave calor de la sombra de un árbol. Es la moda, que sigue ofreciendo lejanía e incomprensión. Uno, ya lejos de producir, siempre pensando que no cuesta nada, aunque decirlo siempre, comprueba que la densa generación de colegas, se pierde en un difícil sobrevivir para esta profesión. Con la cantidad de arquitectos que necesitamos en lo público y lo privado, o en lo sensible para muchas instituciones. Como seres de pensamiento humanístico y económico que somos, devolveremos más seguridad y recursos que gastos. Tampoco entendemos esa necesidad de imponer mínimos habitables y máximos de sostenibilidad e innovación, escondidos en oportunismos de turno.
Creo que hemos perdido mucho tiempo estos últimos años, siempre recuperable como en todo. Fijar en la conciencia de los ciudadanos que somos algo más que un kilo de documentos para un permiso, y si los responsables de su mejor habitar y vivir, debiera ser la tarea actual. Salud.