OPINIÓN
Va llegando el aforo
Los arquitectos tenemos pendiente saber acondicionar adecuadamente los locales para condiciones acústicas que atenúen en parte las estridencias humanas
El bar se encontraba hasta los topes. Las voces, aunque sonoras como mandan los cánones mediterráneos, intentaban hacerse entender. Como ondas de Huygens ampliaban su sonoridad cada vez más. La competencia entre los que hablaban bajo y los que chillaban, se convertía en un torbellino ... de alaridos emergentes que hacía imposible disfrutar el calmo y distendido momento. El ejercicio de comprensión mental para asumir el alto umbral de los desencajados decibelios, invitaba a terminar cuantos antes para buscar otro sitio mas amable.
Sucede que nos movemos todos mucho. Por una inconsciente manera de salir o porque entendemos que todos tenemos el mismo derecho, aunque no nos dé para final de mes, esto se va coinvirtiendo en una carrera de gastar. El crecimiento vegetativo es algo natural en la población, casi siempre acompasado de su poder adquisitivo, pero noto que en estas últimas décadas la generación de alborotos y follones multitudinarios, nos hace carne de continuo bullicio. Evidentemente la calidad de la paciencia de los años, nos avisa de la menor capacidad de aguante, pero somos cada vez más en los mismos lugares. No hablaremos hoy de la defensa de nuestras ciudades, sino de nuestros castigados oídos. Los arquitectos tenemos pendiente saber acondicionar adecuadamente los locales para condiciones acústicas que atenúen en parte las estridencias humanas. Por más que nos empeñemos, lo imposible es poner sordina al maleducado, o al aislado que cree que su discurso es lo más importante en el local donde está. Es como un momento de éxito y protagonismo ante tanta masa sorda de respeto.
Lo necesario es llamar al querido y añorado aforo. Él nos ayudará a conocer las capacidades de los sitios y evitar que el número pueda a las voces. También las calles y sus veladores inagotables son ya el salón de casa y gritamos a las dos de la mañana como si de un cumpleaños en directo se tratara. Va siendo necesario ir controlando el número y evitar que lleguemos del sonido al tacto. Salud.