Opinión
El coraje de perder
Las leyes electorales deben cambiar para lograr mayor estabilidad democrática
La historia pudo empezar cuando un partido que no consigue la mayoría necesaria para gobernar, entra en un impotente cabreo que distorsiona todos los entendimientos. Esa incapacidad, aunque con más votos, se ha convertido en los últimos tiempos en una contumaz guerra, no de oposición, ... sino de acoso y derribo contra los que sí la lograron. Conseguir una gobernanza, ciertamente inestable por el congreso de complicados intereses e ideologías, no alumbraba estabilidad, pero fue totalmente legal. Cuando no se admite que el juego democrático resulte contra lo que uno espera, todo se convierte en una pataleta de intereses y sarta de falsedades, que no hacen sino contaminar la mínima educación democrática.
Las leyes electorales deben cambiar para lograr mayor estabilidad democrática. Se evitarían malos rollos que desembocan en eso que llaman, porque les interesa a todos, abundancia de fangos y falacias con un incontenible coraje ante cualquier decisión. Si a ello enfrentamos la contumacia de mantener el poder a pesar de las exigencias de algunos grupúsculos, la vida política y más ahora, se empercocha abundantemente. Es fácil comprender que ciertas decisiones como la amnistía, nombramientos de parte, los juicios en el límite de la legalidad, o compensaciones a minúsculos partidos, solo sean duras exigencias para que la inconsistente mayoridad sobreviva.
Tenemos la pócima mágica para que este caldo político como resultado de estos desmanes y duros encuentros, no sepa bien ni por un lado ni por el otro. Al fomentar la discordia, el inconformismo, la total falta de consenso, y el único valor defendido de poder partidista, no podemos esperar mejores resultados. Finalmente, en este puchero de diversos sabores a cuál más infame, la corrupción humana surge descarada y perversa, aprovechando el rio revuelto y facilitando caballos de Troya. ¿Y qué queda para los ciudadanos? Espero que algún día recuperemos la calma, el respeto y la concordia de entender que debemos estar más juntos, receptivos y seguros. Salud.