Gracias concentradas

Aparte de lo incierto esto tiene demasiado que ver con la antipatía desde algunos hacia otros, que siempre les tendrán algo que decir, a ver si así fastidian un pelín más. Si, es verdad, era raro que pasara. Igual de raro que es el que siga habiendo santeros que curan graves enfermedades con la hojita de un árbol, pitonisas que predicen tu vida con unas cartas. Incluso que en la raya de tu mano se halla escrito tu destino según los adivinadores. Sabiendo que todo eso no es más que un saca-cuartos a la desesperación, ingenuidad o buena fe de la gente, la gente sigue cayendo. Y seguirá. El timador siempre reajusta el método.

En fin, que muchas gracias a quienes nos han ayudado a recomponernos. Hoy actuamos de nuevo, yendo más vestidos y adornados con aquello que ideamos en un principio. Son muchos los que han participado y ayudado a resolver algo el problema. Estamos más tranquilos y deseando disfrutar de este momento, más enteros y compuestos. Hemos tirado un poco de la antigua usanza, haciéndolo entre nosotros y con la aportación y consejo de algunos que saben de esto mucho más. No hay más historia. Lo anterior se queda en anécdota, aunque costosa, para contar a amigos, hijos y nietos en otro momento. Lo que queda es simplemente cantar y hacer el mejor papel posible. Y hasta donde se llegue se llegó. Ole.