OPINIÓN
La tristeza
No importa que no estemos bien, lo que importa es que riamos frente a la cámara de turno
Hace tiempo que descubrí que la peor de las tristezas es la que no se muestra en el rostro. Esa que se esconde en lo más profundo del ser humano sin que deje rastros aparentes. Esa que destroza poco a poco, ya que ni se ... demuestra ni se lucha contra ella. Y aunque parezca mentira, en este siglo XXI es cada vez más frecuente encontrar esta situación. Quizá por la nueva sociedad en la que vivimos, en la que el clic instantáneo, el ahora y con foto, se ha convertido en la mayor de las prisiones.
Vivimos rodeados de ojos. Curiosos que vigilan nuestros pasos sin más intención que el voyerismo moderno; ese en el que lo sexual queda olvidado para centrarse en otra sensación: el aburrimiento. O, quizá, nos hemos impuesto metas demasiado altas y objetivos irrealizables. O, peor, nos las han impuesto y no nos sentimos capaces de cubrir las expectativas que nos han prescrito.
Además, seguimos olvidando la importancia de la salud mental. En esta sociedad del perfeccionismo, lo que no se fotografía no se cuida. No importa que no estemos bien, lo que importa es que riamos frente a la cámara de turno. El parecer sobre el ser ha terminado por matar la calidad de vida. Y esto será cada vez más fuerte. La vida será más dura para los que vienen por detrás.
Los chicos de hoy han trasladado las calles y plazoletas a los directos de TikTok; mientras crecen alejados de la frustración. Lejos de la protección de la edad habrá que ver cómo crecen y evolucionan en el futuro. Personalmente, me da miedo lo qué pasará cuando los niños de hoy sean adultos. Espero que para entonces la salud mental no siga siendo el tabú que era antes y que sigue siendo a día de hoy, aunque muchos famosos comiencen a levantar la voz mostrando que la vulnerabilidad nos va a llegar a todos.
La salud mental de nuestro país está dañada. La tristeza es mucho más común, lo veo en mi entorno; lo he sufrido años. La máscara sonriente que oculta la oscuridad del alma es una coraza demasiado pesada a veces.