OPINIÓN
No gobierna la derecha
El mundo va camino de cambios drásticos, motivados en gran parte por la inseguridad y el buenismo
La situación que comenzamos a vivir en este país recuerda mucho a épocas pasadas. Desgraciadamente, los poderes comienzan a diluirse en la delgada línea que marca Pedro Sánchez y su concepción de la democracia. Una democracia que costó mucho conseguir a nuestros padres y abuelos ... y que ahora se resume en «por lo menos no gobierna la derecha».
Y no, no gobierna. Si fuera un presidente del PP el que rigiera el gobierno y su esposa, su hermano y su fiscal general estuvieran siendo investigados (y procesados en algunos casos), ya estarían las calles ardiendo. Si hubiera sido un ministro del PP el que hubiera colocado a su novia de catálogo en un puesto tranquilo y bien remunerado, ya estarían en la calle.
Sin embargo, en este país, solo ha demostrado decencia Maxim Huerta, el Breve, quien, con menos que purgar que muchos de sus compañeros, se retiró a su nueva vida como librero (ya eso demuestra decencia por sí mismo). Del resto de gobernantes, de este gobierno sin presupuestos, sin ideas claras, sin unidad entre socios, no se puede esperar esa decencia. Lo han demostrado ahora, con leyes que buscan el control total de la judicatura para sentirse seguros, no vaya a ser que pase como en Extremadura y denuncien los fraudes de ley de los aforamientos tardíos.
La democracia española peligra. Es duro decirlo, pero es así. El mundo va camino de cambios drásticos, motivados en gran parte por la inseguridad y el buenismo frente una migración mal llevada. La situación se hace insostenible por Europa, y ya se ven los estragos en Barcelona y otras ciudades de nuestro norte; y eso, el miedo a la inseguridad, puede llevar a los totalitarismos. Fue así en el pasado, lo es en el presente y lo será en el futuro. Un totalitarismo que muchos parecen pensar que solo viene de la derecha, pero que la Historia nos ha demostrado que tiene en la izquierda a algunos de sus mayores y más longevos adalides. Por eso me da miedo el narcisismo de Pedro Sánchez, que sabe que puede hacer lo que desee ya que, al menos, no gobierna la derecha.