Opinión

Feliz Navidad

Sé que antes debería celebrar los Tosantos pero, qué quieren que les diga, soy más de polvorón que de chicharrón

Javier Fornell

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Pues eso, antes de que se adelanten, Feliz Navidad. Ya sé que estoy mediados de octubre, que aún no es fecha, pero como nuestra sociedad cada día corre más he decidido felicitarles las fiestas antes de que alguna compañía de supermercados comience a poner los villancicos y, sobre todo, antes de que Leticia Sabater nos presente su cutrevillancico.

Sé que antes debería celebrar los Tosantos, esa fiesta tan nuestra, tan de Cádiz que cuenta la historia con pijotas. Pero, qué quieren que les diga, soy más de polvorón que de chicharrón. Y me gusta más celebrar la vida que reírme de la muerte (que es lo único que tengo seguro en esta vida), así que sí: Feliz Navidad. Sobre todo a ti que ya estarás comprando los regalos que luego pondrás bajo el árbol, desempolvando los adornos y comprobando las luces. Sobre todo si eso conlleva que no lo vas a hacer para Halloween.

Y no es que la fiestecita de los disfraces no me guste (que narices, somos de Cádiz, aquí vestirnos de lo que no somos, nos gusta) pero es que no termino de verla mía. Además, que con el truco o trato están viniendo lluvias de huevos, mal llamadas travesuras y destrozos variados. Así que prefiero prepararme para la Navidad. Quizá la última en este horario, ya que —también quizá— se el último cambio del mismo.

Un cambio necesario, como felicitar las navidades en otoño. Es lo que toca, la vida va rápida, los años vuelan. ¿Lo notan? Parece que ayer estábamos en pandemia y en dos días tenemos aquí a Mariah Carey y escuchamos campanitas por las esquinas. Esquinas que en breve comenzarán a llenarse de luces en esa guerra por la iluminación que siempre gana la misma empresa (al menos, en esto, los andaluces son los mejores) y Endesa. Aunque, si hacemos caso a las energéticas, lo mismo se avecina otro apagón y encendidas más que felicitar las navidades lo que debería sería proponerles que compren velas. Pero no quiero ser grinch, así que me despido como ese gordo de rojo que tan mal me cae: Feliz Navidad, ho, ho, ho.

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