SIN ACRITUD

Sin ningún pudor

La candidata socialista a la Junta no tiene el más mínimo reparo en utilizar recursos públicos para sus intereses particulares

Es más viejo que mear pa'abajo. Lo han hecho políticos de todo signo y condición durante siglos. En España y allende los mares. La utilización partidista de las instituciones públicas es lo habitual entre los gobernantes. El alcalde que visita una plaza a la que le han arreglado la acera. El ministro que inaugura una carretera. Nada nuevo. Ya digo, lo hacen todos. La cuestión es hacerlo con más o menos elegancia. Tratando, aunque solo sea por pudor personal, de buscar una excusa creíble. No es el caso de la candidata socialista a la Junta de Andalucía, que ha decidido exprimir su cargo de ministra de Hacienda al máximo. Todos los viernes coge el camino, deja atrás Madrid y pone rumbo a Andalucía para hacer campaña tirando de recursos públicos sin ningún reparo. Esta semana ha tocado el astillero de San Fernando, donde presentó uno de esos planes navales de pomposo nombre que, tras la cita electoral de turno, suele quedar en nada. María Jesús Montero habló allí de industria, de formación, de defensa, de universidad, de empresa... sin ser ministra ni de Industria, ni de Educación, ni de Defensa, ni de Universidades, ni de Economía. Aducirá, claro, que es vicepresidenta del Gobierno, que es una especie de comodín que vale para todo. Le valió para hacerse la foto del acuerdo para el hospital, de la inauguración de Incubazul -sea lo que sea eso-, de la rehabilitación de un edificio en Rota... eso sólo en Cádiz. Súmele las otras siete provincias andaluzas.

En esta última visita con la que nos honró el pasado viernes, además, no quiso que nadie le robara protagonismo. Sólo la acompañaban el delegado del Gobierno en Andalucía (PSOE); la subdelegada en Cádiz (PSOE); la alcaldesa de San Fernando (PSOE) y el delegado de la Zona Franca (PSOE). Todo muy plural, muy institucional, diplomático y cortés. Nadie de la oposición. Ni para disimular. Insisto en que el hilo negro se inventó antes de ayer en comparación con esta indebida apropiación de las instituciones públicas. Lo hacen todos. Pero al menos algunos disimulan. Lo del Falcon, al lado de esto, es una broma.

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