sin acritud

Gloria bendita a Jumilla

Vox, como casi siempre, no actúa de buena fe y antepone el populismo a la búsqueda de soluciones

Ignacio Moreno Bustamante

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Aquel 1 de mayo de 2016 el Cádiz CF visitaba uno de los campos más modestos de España, el del Jumilla, que curiosamente no tenía estadio propio y tenía que disputar sus partidos en un pueblo a 85 kilómetros, La Hoya. Segunda División B en ... vena, que algunos parecen haberse olvidado de que hace nada vagábamos por ella cada domingo. Con mucha pena. Sin ninguna gloria. Aquella tarde los amarillos empataron a cero en un partido infumable. Pero -el fútbol es así, topicazo- lograban la clasificación para el play off de ascenso. Era el segundo encuentro de Álvaro Cervera al frente del equipo. Apenas una semana antes había sustituido a Claudio Barragán. Nadie daba un duro por él. Y menos después del esperpento ante el Jumilla, que por no tener tampoco tenía ni entrenador. El caso es que aquella tarde Cervera decidió que si quería hacer algo grande había que elevar a la máxima potencia su máxima de «la lucha no se negocia». A partir de ahí vino todo lo demás

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