Por fin 23J

Esta eterna campaña, unida a la anterior de las municipales, ha sido un auténtico calvario para el periodismo

Ignacio Moreno Bustamante

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Qué larga se ha hecho esta campaña electoral. Larguísima. En realidad no es que se haya hecho, es que ha sido eterna. De facto comenzó el mismísimo 29 de mayo, justo el día después de las municipales. Con lo cual hablamos exactamente de 55 días de bombardeo, a los que debemos añadir los 15 anteriores. 70 en total. Más de dos meses de información política en vena. Usted, afortunado caballero o venturosa señora, ha podido desconectar cuando ha querido. Pero para el periodismo créame que ha sido un calvario bastante tortuoso. Casi dos meses de análisis de datos ¡diarios! Sube el PP. Baja el PSOE. Ojo, que remontan. Debate cara a cara, se vuelven a hundir. Sumar y Vox pugnan por el bronce. Feijóo se hace un lío con las pensiones, vuelven a bajar. El presidente miente como un bellaco, se descalabra el sanchismo. Tendremos que pagar autopistas, más descalabro si cabe. La playa artificial de Borja Semper. El voto por correo. El calor. El Falcon. La foto con el narco... Y así día tras día. Durante casi dos meses y medio. Más largo que un Mundial de fútbol, un Wimbledon y un Tour de Francia juntos. E infinitamente más aburrido, dónde va a parar. Y todo para seguir igual que estábamos. Es decir, lo más probable es que gobierne el Partido Popular con el apoyo de Vox. Esta noche lo sabremos. En realidad lo único que hemos sacado en claro es que las Irene Montero, Ione Belarra, Pam y compañía están ya absolutamente desactivadas. Ni nombrarlas hemos oído. Eso que hemos ganado.

Pero por fin llegó el día. En pleno verano. Al menos hoy sopla poniente aquí en Cádiz. No hay excusas. Llegó la hora de decidir. Hágalo usted como mejor entienda, faltaría más. Decida si quiere otros cuatro años de lo mismo o un golpe de timón. Si me lo permite, sólo le pediré dos cosas. La primera es que guardemos un poquito el decoro y no vaya en chanclas a depositar su voto en la urna, que la fiesta de la democracia es muy importante y hay que estar a la altura. Pero sobre todo decida algo que no permita un nuevo bloqueo a la hora de formar Gobierno. Llámele voto útil o como le dé la gana. Pero si tiene un mínimo de corazón, de misericordia, apiádese. Recuerde que en 2019 tuvimos que ir a repetición de elecciones porque Pedro Sánchez no iba a dormir tranquilo con Pablo Iglesias en el Gobierno. Y vaya si durmió. Como un lirón. Así que si al final va a ser lo mismo, al menos seamos capaces de hacerlo a la primera.

Póngase unos zapatos y vote. Ayer ya reflexionó. Ya habrá decidido si opta por unos dirigentes que han dado mil y una muestras de su incapacidad y, lo que es peor, de su falta de escrúpulos a la hora de buscar socios. No le voy a recordar a Bildu, la Ley del 'sí es sí', la sedición, la malversación, los indultos y tantas y tantas barrabasadas a las que hemos asistido en esta última legislatura. No hace falta. Y allá usted si quiere favorecerles optando por uno u otro extremismo. Vote como quiera. Usted mismo.

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