Abstencionistas

El próximo domingo nos jugamos mucho, pero nivel de indolencia hacia la política y los políticos va preocupantemente en aumento

Dentro de una semana nos jugamos los próximos cuatro años. Se dice pronto. Parece una nimiedad. Pero es mucho. Obviamente todas las elecciones son importantes. Hasta las europeas, aunque a usted y mí nos coja tan lejos Bruselas. A más de dos mil kilómetros. ... Pero luego resulta que allí se deciden un montón de cosas de su día a día. El carril bici, por ejemplo. Lo ejecutó el Ayuntamiento de Kichi, con el dinero que le dio la Junta de Susana, que a su vez había recibido la pasta de Ángela Merkel. Tres pasitos y todo el mundo a comprarse un patinete. Lo que decidimos el próximo domingo no es quién nos va a mandar el dinerito europeo, ni del Gobierno o la Junta, sino quién lo va a gestionar. Que ya le digo yo que es lo más importante. Porque usted puede decidir que en su pueblo mande un extremista –da igual si de derechas o de izquierdas, un extremista es un extremista–, una persona moderada o un lunático. Échele un vistazo a las decenas de listas de todos los partidos en la provincia y encontrará unos cuantos. Algunos incluso encabezándolas. Y cada legislatura en la que gana un extremista o un lunático son cuatro años perdidos. En la provincia de Cádiz tenemos ejemplos palmarios de ello.De décadas de retraso. Puerto Real, sin ir más lejos. Está situado en un enclave privilegiado. Desde hace años es el referente industrial de la Bahía, tanto naval como aeronáutica. Pero sus habitantes se empeñaron en votar durante lustros a un alcalde comunista declarado y aún paga las consecuencias. Se ha quedado atrás con respecto al resto de la Bahía. Y eso que tampoco es que el resto hayamos sido el summum del crecimiento. Pero otros municipios cercanos como Chiclana, San Fernando, El Puerto o la propia capital sí fueron a un ritmo más alto desde los 80. Con sus parones, obviamente. Algunos comunes a todos como la crisis de 2008 o la pandemia y otros autoimpuestos, como el nefasto alcalde de El Puerto Hernán Díaz en los 90 o Kichi actualmente en Cádiz.

Las elecciones del próximo domingo son pues, muy importantes. Importantísimas. Pero me da la sensación de que muy poquita gente se las toma en serio. Los políticos sí lo hacen, por supuesto. Les va la vida en ello. Los periodistas también. A ver qué remedio. Pero la mayoría del resto de la sociedad, está muy de perfil. Han perdido el interés, si es que alguna vez lo tuvieron. La prueba de ello es que la abstención en la provincia de Cádiz cada cuatro años es elevadísima. En torno al 40%. A eso súmele que del 60% restante casi la mitad no va a votar o todavía no ha decidido a quién va a hacerlo. Con este nivel de indolencia, al final el resultado es que los alcaldes son elegidos por cuatro gatos. Mal contados. Un ejemplo. Con números en la mano. En las elecciones de 2015 en Cádiz capital, el censo era de 101.739 personas. Pues bien, resulta, que 35.000 decidieron irse a la playa sin pasar por su colegio electoral. Y de los que sí fueron, 18.277 decidieron votar a Kichi. Es decir, ni tan siquiera dos de cada diez gaditanos con derecho a voto le dieron su confianza. Pero luego la aritmética y el odio acumulado por el PSOE contra Teófila Martínez durante 20 años hicieron el resto. Conclusión: ocho años llevan los gaditanos soportando el peor gobierno de su historia democrática. No por culpa de los que le votaron, que son muy libres y están en su pleno derecho, sino de los que decidieron no depositar su papeleta en ninguna urna. De haberlo hecho es muy posible que el resultado hubiese sido el mismo o muy parecido, pero al menos sí podríamos decir que fue la voluntad de todos los gaditanos, no de una inmensa minoría.

Así que si usted es uno de los que pasa de votar, hágase un favor y vote. A quien quiera. A un lunático, a un extremista, en blanco. Lo que quiera. Pero únase al rollo ese de la fiesta de la democracia, que tampoco cuesta tanto. Y su pueblo, sus calles, su servicio de limpieza o su transporte público se lo merecen.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Ver comentarios