Tribuna Libre
Terremotos, avisos y los deberes a medio hacer
«La realidad es que el único ayuntamiento que ha hecho los deberes sobradamente ha sido el de Chipiona, que consiguió ser reconocido por la UNESCO»
Gregorio Gómez Pina | Dr. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos
Debo confesarles que me cuesta cada vez más escribir sobre los tsunamis, si no es para contarles algo nuevo o importante, pues este ya va a ser mi artículo número veintisiete publicado en prensa desde el 2005. Es decir, llevo unos veinte años hablando de ... ellos en Cádiz. Si a eso le agrego las numerosas conferencias que me han invitado a dar en colegios profesionales, institutos, ayuntamientos y asociaciones, aparte de en mis clases y cursos de ingeniería de costas, pues podrán imaginarse que es un tema del que, como divulgador científico que me considero, creo ya haber cumplido, y de sobra.
El 26 de agosto del año pasado, un terremoto de 5,3 grados al sur de Portugal, a 19 Km de profundidad, se dejó sentir principalmente en las provincias de Sevilla y Huelva, así como en algunas localidades de Cádiz. Al día siguiente, Onda Cádiz TV me contactó para que diera mi opinión sobre lo sucedido. Allí expliqué que, si hubiera sido de 6 grados, el Sistema Nacional de Alerta de Maremotos (SINAM), perteneciente al Instituto Geográfico Nacional (IGN), hubiera emitido los primeros mensajes automáticos en menos de cinco minutos, en los que figurarían los potenciales puntos de impacto y tiempos de arribo del maremoto a la costa, y que en los minutos siguientes iría emitiendo boletines actualizados con confirmación o cancelaciones. Cabe resaltar que la Red Sísmica Nacional es la que proporciona los datos y los cálculos al SINAM, basado todo ello en unas matrices de decisión y una base de datos con miles de escenarios previsibles de terremotos submarinos, combinado inmediatamente con las simulaciones numéricas aportadas en tiempo real por el proyecto EDANYA de la Universidad de Málaga. Todo ello constituye un sofisticado y eficiente sistema que llevaría unos 10-15 minutos (un tiempo increíblemente corto, siendo ello un ejemplo mundial). Si el tiempo de llegada a Cádiz fuera de 70 minutos, habría un margen del orden de 1 hora para «reaccionar» ante esta posible catástrofe natural.
La operatividad sería más o menos así: dicho aviso llegaría por correo electrónico al Centro de Coordinación de Emergencias 112 (CECEM-112 Andalucía) y, a partir de ahí, se tendría que poner en marcha el Plan de Emergencias ante el Riesgo de Maremotos de Andalucía (PERMA), que se aprobó en junio de 2023 y que se presentó en El Puerto de Santa María por el consejero de la presidencia Antonio Sanz. Hay que resaltar que se trata de un plan muy elaborado y sobre todo muy meritorio, al tratarse del primero y único elaborado en España. Este plan obviamente necesita la aplicación específica y práctica para cada uno de sus municipios, cuyos frentes costeros presentan características bien diferenciadas, que harán, por ejemplo, que las rutas de evacuación, puntos de encuentro, etc., ante la posible llegada de un tsunami, deban ser tratados de forma específica. Y eso es precisamente lo que se contempla en los llamados Planes de Actuación Local (PAL), que todos los ayuntamientos, obligatoriamente, deberían haber desarrollado (o al menos iniciado).
La realidad es que el único ayuntamiento que ha hecho los deberes sobradamente ha sido el de Chipiona, que consiguió ser reconocido por la UNESCO con el Programa «TsunamiReady», tras superar los programas de preparación que había ido realizando desde 2020 de la mano del prestigioso centro IH-Cantabria, siendo también el primer ayuntamiento que presento el PAL en la Junta de Andalucía. En este municipio pueden verse las rutas de evacuación señalizadas, que se generaron con los mapas de inundación, indicándose también los puntos de reunión tras haberse realizado diferentes simulacros con distintos grupos de población, así como en los colegios. El sistema ya dispone de unas sirenas, que serían activadas por una única persona, específicamente designada por el ayuntamiento para ello. La página web del mismo (www.tsunami.aytochipiona.es) proporciona toda la información básica para estar preparado ante un posible tsunami en Chipiona. Sin lugar a dudas, un ejemplo a seguir por todos los municipios andaluces y españoles. Más recientemente, otros municipios como Cádiz, Rincón de la Victoria o Tarifa ya han iniciado los trabajos para disponer de su plan local.
Ya pasado el verano, en la última semana de septiembre, no quise que quedase en el olvido lo del terremoto antes explicado y escribí en el dominical de este periódico un artículo titulado «Reflexiones sobre el terremoto de Portugal». En él se resaltaba lo siguiente: « Si el terremoto del pasado 26 de agosto hubiese sido solo de un grado y medio más, se hubiera tenido que activar un plan de emergencia para el que la mayor parte de los municipios costeros de Cádiz no están preparados».
Después de ese artículo, el 1 de noviembre volví a recordar, como hago todos los años, la efeméride del maremoto de Lisboa de 1755, y a sacar a colación lo que les he estado explicando aquí, para que no quedara en el olvido. Cuando lo envié al periódico para su publicación, acababa de desarrollarse la DANA en Valencia, y en esos días posteriores se mezclaron en mi pensamiento una serie de sentimientos intensos de tristeza y rabia que, tras dejarlos posar un poco, me llevaron a escribir mi último artículo, el 24 de noviembre, que se tituló «Danas y tsunamis: Reflexiones de un ingeniero». En él hacía un análisis comparativo de cómo son estos dos fenómenos naturales tan dañinos, con el fin de sacar conclusiones que nos pudieran ser útiles a efectos de evitar pérdidas de vidas humanas.
Complementariamente a mi labor divulgadora en este periódico, fui invitado a dar un par de conferencias organizadas por el Ayuntamiento de Cádiz, cuyo alcalde ha tomado como prioritario el finalizar el plan de maremotos de su ciudad, en donde se vienen realizando simulacros entre los escolares desde hace tiempo. Igualmente, acepté gustosamente la invitación de Ecologistas en Acción en El Puerto de Santa María y en Conil (conjuntamente con su ayuntamiento). En febrero participé, junto a otros cuatro compañeros, también Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y de gran experiencia profesional, en una interesante jornada en Sevilla, «Actuaciones para afrontar la sequía, danas y tsunamis», organizadas por la Asociación de Constructores y Promotores de Sevilla (Gaesco), inauguradas por el consejero Antonio Sanz, que enfatizó los alcances logrados por el PERMA. Mi última conferencia fue el pasado mes de junio en Madrid, en el Instituto de Ingeniería Española, organizada por la Asociación de Ingenieros de Caminos, bajo el atractivo lema «Tsunami: la amenaza silenciosa que llega rápido», que tuvo una gran difusión.
El primer susto de este verano vino el 14 de julio a las 07:13h al registrarse un terremoto de 5,3 grados con epicentro en el mar, a unos 30 km al SE de la costa almeriense con una profundidad de 3 km, sintiéndose principalmente en Almería y Murcia, siendo el terremoto de mayor magnitud en la costa de Almería en los últimos 70 años. Sabemos por un informe del IGN que el primer cálculo del terremoto realizado sin intervención humana dio erróneamente una magnitud de 6,6 cercano a la costa argelina, disparando la alerta de tsunami, que fue corregida a los pocos minutos a la magnitud antes mencionada, cancelándose así la alerta de tsunami. La pregunta es: si Almería no tiene todavía un Plan de Actuación ante Maremotos, ¿cómo se hubiera gestionado un hipotético terremoto superior a 6,5 grados? Tengan en cuenta el agravante de que los tiempos de llegada en el Mediterráneos son muy pequeños (del orden de 20 minutos).
Sigo sin entender cómo la mayor parte de los alcaldes de los municipios costeros de Andalucía, que no han iniciado siquiera sus PAL ante maremotos, pueden estar tan tranquilos este verano, ante una sociedad que está empezando a sensibilizarse por la cantidad de terremotos y avisos de tsunamis que últimamente se están escuchando. Uno que vive en El Puerto de Santa María, no sabe qué contestarle a sus amigos cuando le preguntan por qué no hacen nada aquí. Del resto de España no hablo, pues no han empezado siquiera con los deberes.
Gregorio Gómez Pina. Dr. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos
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