OPINIÓN
Soluciones liberales (IV): la ley
Habría miles de ejemplos del fracaso normativo español. Un país con saturación legislativa y déficit en su cumplimiento
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa ley es la expresión de la voluntad popular, dogma básico en todo sistema democrático. Es voluntad de la nación consolidar un Estado de Derecho donde prevalezca el imperio de la ley. El concepto de voluntad general desarrollados siglos atrás por Rousseau sienta las bases ... para que los ciudadanos se obedezcan a sí mismos. El imperio de la ley es un principio respetado con devoción en los Estados democráticos liberales. Que la ley «impere» significa que debe proporcionar un marco dentro del cual deben actuar los ciudadanos, sean privados o cargos públicos. Sin embargo, desde Locke los liberales han considerado el derecho no como una restricción del individuo, sino como una garantía esencial de su libertad. La finalidad básica del derecho es proteger los derechos individuales frente al Estado, que asegure un gobierno de leyes y no de hombres (concepción continental del Estado de derecho). En el derecho angloamericano la supremacía de la ley está inconfundiblemente recogida en la Constitución, en el sistema de frenos y contrapesos constitucionalmente previstos y en los derechos individuales comprendidos en la Declaración de derechos. Todo ello queda sintetizado de manera diáfana en las enmiendas constitucionales quinta y decimocuarta que prohíben al gobierno negar a nadie la vida, la libertad y la propiedad sin el debido proceso legal (esto último conlleva el derecho a un juicio justo y a la igualdad ante la ley).
Desde que ZP tomó las riendas de este país en beneficio propio, anteponiendo sus concepciones dogmáticas socialistas del siglo XXI sobre las existentes democrática-liberales, que son las que rezuman la Constitución de 1978 debidamente contextualizada en la Transición, nuestra democracia liberal se resiente. Ahora, con «Snchz» (peón de ZP) desde 2018 las cosas van a peor. Este pretende constituir la CE en un papelucho (Ley de amnistía, Cupo catalán…)
Sólo un ejemplo repugnante de la forma de producir normas. El Consejo de Ministros aprueba ahora (esta semana pasada) un RD para mejorar la lucha contra las llamas pendiente desde la gran ola de incendios de 2022, que posibilitará que las autonomías elaboren los planes preventivos contra el fuego. Y aun así persiste el inefable «Snchz» como con la DANA que «si necesita más recursos, que los pida». Hay que tener poca vergüenza, bueno, no tiene ninguna.
Habría miles de ejemplos del fracaso normativo español. Un país con saturación legislativa y déficit en su cumplimiento. Y lo peor, los condicionamientos políticos en estas dos legislaturas han hecho que, las leyes no sean producto de la reflexión y la prudencia, del debate sosegado con las miras en el interés común para servir al interés general con objetividad y con eficacia. Lo que exige una vuelta inmediata a la senda del Estado de derecho, concepto que hoy es una entelequia «snchst». Los liberales consideramos que el ordenamiento jurídico debe estar conformados por las leyes justas y estrictamente necesarias. Ni más ni menos. Lo demás es farfolla como es una pretendida ley sobre libertad de expresión y de prensa. País, diría Forges.
Lee ahora mismo todos los contenidos de ABC
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión