Opinión

El milagro de todos los Santos

La empresa de Santos hacía como si el mismo asumiera todo el santoral y más que Santos se erigía en «todos los Santos», recolocando a camaradas desde todas las latitudes

Fernando Sicre

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La Paqui se interpuso entre Santos y Milagro. A la merindad de Olite llegó un día Francisca como temporera para recoger espárragos. Lo hacía desde los Corrales (Sevilla) y obró el milagro en la localidad de Milagro, casándose con un «visionario» de los negocios, un carretillero con ambición y mucha cara.

Me dicen que los temporeros se ríen de sí mismos cuando cobran al finalizar los trabajos que les hacen emigrar, allí donde hay actividad y ellos mismos aluden de forma repetitiva al refrán: «nada peor que un pobre «jarto» de pan». Una contradicción ya que su mayor deseo sería tener ese pan. Nada de pan, lo que le gusta a Paqui son las tarjetas de créditos. Un rato en sus manos y termina por salir humo de esta. Ve un datáfono y se vuelve loca. Conocida por las dependientas de El Corte Ingles, las mismas que no saben quién es Marta Álvarez Guil (presidenta de la entidad). Y ello a pesar de que esta les paga el salario, porque las comisiones por venta son cosas de Paqui. Y a todas horas se hacía el milagro en la tienda de la calle Princesa. Las dependientas justificaban sus comisiones por ventas con Paqui. Lo mismo ocurría en Milagro con otro milagro. La empresa de Santos hacía como si el mismo asumiera todo el santoral y más que Santos se erigía en «todos los Santos», recolocando a camaradas desde todas las latitudes. Eso sí, muchas de las veces no había ni que ir a trabajar. ¡Vaya empresa» ejemplar y caritativa» con el dinero de dudoso origen y peor destino!

El dicho de antes es una forma sarcástica para referirse a los nuevos ricos. Insoportables personajes que anuncian y exponen sus riquezas. Es la forma de externalizar una nueva situación económica y personal. Los principios de mérito y capacidad, como principios determinantes del funcionamiento del llamado «ascensor social», no tienen cabida en las políticas socio-comunistas. Las políticas iniciadas por el inefable ZP y las del no menos inexpresable «Snchz» advierten que el ascensor social se ha ralentizado hasta casi detenerse. Efectivamente, casi se ha detenido, pero no del todo. Si quieres ascender métase a político. Dese de alta en «La PSOE SA». Dese prisa porque la vida es corta. Móntese en una carretilla como la conducida por el esposo de La Paqui en Bonduelle y a vivir que son dos días. En Navarra sede de la empresa Servinabar y lugar de los túneles de Belate, inició su actividad como edil. Comenzó a ser conocido por las negociaciones de los socialistas navarros y él a la cabeza, con los proetarras de Bildu para lograr apoyos a la gobernabilidad, pasando a convertirse en unos de los apoyos clave de «Snchz» (prosperó la moción de censura y luego pudo formar gobierno gracias a los proetarras y golpistas separatistas, amén de lo más granado de la extrema izquierda comunista. Dice su CV que es electricista. Sin embargo, lo consideran junto al minino Félix, fontaneros internos de la casa (cuestión de adscripción gremial). Lo que, unido a los fontaneros externos, dirigidos por la «fontanera» por antonomasia, ha hecho posible lo que no es posible hacerlo por mérito y capacidad.

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