OPINIÓN
La salud en manos de la red
El problema es que los bulos en salud a través de las redes, grupos de WhatsApp, o de información no contrastada en internet, pueden tener efectos devastadores para nuestra salud
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Iniciar sesiónLa capacidad de difusión de las redes sociales es realmente impresionante así que no es de extrañar que los bulos, la información errónea o las noticias falsas en temas de salud corran hoy como la pólvora. Pseudociencias, supuestos tratamientos milagrosos, dietas de eficacia dudosa cuando ... no peligrosas, teorías conspirativas sobre la propagación de enfermedades, movimientos negacionistas y antivacunas… El problema es que los bulos en salud a través de las redes, grupos de WhatsApp, o de información no contrastada en internet, pueden tener efectos devastadores para nuestra salud. Los grupos antivacunas han crecido de manera importante en los últimos tiempos, con un enorme activismo público y la difusión de información parcial cuando no completamente errónea. Hemos olvidado que hubo un tiempo en que la gente moría de viruela, de los efectos de la poliomielitis y de tantos otros cuadros que, en este nuestro primer mundo, hace tiempo que desaparecieron. Desde hace unos años para acá ha habido un aumento en el número de casos y brotes de sarampión, una enfermedad que en ocasiones puede ser mortal. Es solo un ejemplo de los efectos tan negativos de los mensajes de esos grupos y de la desinformación sanitaria, por lo que cada vez es más importante poner en marcha estrategias para evitar y contrarrestar esos mensajes erróneos tan nocivos. Y todos tenemos responsabilidad en ello: la sociedad, informándose a través de los profesionales, los propios profesionales ayudando a formar a la sociedad en cuestiones sanitarias, los medios de comunicación serios y los responsables políticos. La cosa es especialmente grave cuando un médico difunde noticias falsas; alguno ha habido y ha sido expedientado o condenado por la justicia. Y no digamos cuando son los responsables públicos los que se apuntan a las teorías negacionistas y a los movimientos antivacunas, como está ocurriendo en Florida, donde han llegado a comparar la vacunación con la esclavitud, algo que pone los pelos de punta.
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