OPINIÓN
Estética sí, pero segura
El problema sigue creciendo y se sigue acudiendo a centros sin las debidas garantías y sometiéndose a auténticas ruletas rusas
La publicidad engañosa y el intrusismo están a la orden del día y, especialmente preocupante son aquellos casos que tienen que ver con los procedimientos de medicina estética por las repercusiones tan negativas que pueden tener en nuestra salud. Hoy día no pocas personas quieren parecer más jóvenes, cambiar cosas de su físico con las que no están cómodas o eliminar las inevitables arrugas. Todo eso está muy bien, siempre que lo hagamos, si así lo decidimos, con el profesional preparado y con competencias para ello, el médico; algo que ya ha sido puesto de relieve por el propio Tribunal Supremo. Sin embargo, cada vez son más frecuentes los anuncios de procedimientos estéticos publicitados por personas sin la titulación necesaria para llevarlos a cabo, o la promoción de sustancias de uso médico, cuando no de sustancias importadas ilegalmente y sin ningún tipo de trazabilidad ni de garantías sanitarias.
Las consecuencias no se hacen esperar y, en no pocos casos, de manera realmente desastrosa y con secuelas importantes. En los últimos años asistimos a más sentencias judiciales condenatorias por la publicidad, en redes sociales o páginas web de determinadas «clínicas/centros», de medicamentos sujetos a prescripción médica, caso del bótox; o por la aplicación, sin tener la titulación necesaria, de inyecciones de silicona o de ácido hialurónico en los labios. Son solo algunos ejemplos.
Una gran cantidad de gente todavía piensa que muchas de esas actuaciones son inocuas, pero lo cierto es que una inyección de ácido hialurónico puede producir infecciones graves o incluso necrosis cuando se lleva a cabo por personas no cualificadas para ello ni con la titulación necesaria. A pesar de esas condenas, el problema sigue creciendo y se sigue acudiendo a centros sin las debidas garantías y sometiéndose a auténticas ruletas rusas que, sin salen mal, pueden ocasionar lesiones importantes y secuelas psicológicas y físicas que no se resuelven por mucho que los autores sean condenados.
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