OPINIÓN
Engañar en política
El mentir al ciudadano, y no tanto el que te falten dos créditos para terminar Derecho, debería ser la principal razón para dimitir o para que te expulsen de la esfera política
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Iniciar sesiónAlgunos políticos se llevan como tarea de verano revisar el RUCT para ver si existe el título que dice tener el contrincante. Lo de comprobar si ha terminado los estudios correspondientes les exigirá mayor esfuerzo investigador ya que se necesita el permiso del susodicho para ... acceder al registro; un esfuerzo que, ya puestos, podría extenderse para acabar con el intrusismo que se observa en profesiones como la Medicina, ámbito en el que las actuaciones por parte de gente sin titulación o con otras profesiones sanitarias, sin tener las competencias y el conocimiento suficiente, ponen en riesgo la salud de muchas personas. Para ser político no es necesario tener un grado universitario; de hecho, ha habido grandes políticos sin estudios superiores, mientras que tener un Grado o una Licenciatura no asegura que se pueda ser un buen político. Por supuesto que se espera que nuestros representantes no sean analfabetos, cuestión sobre la que habría mucho que hablar, pero el que te falten 3 asignaturas para tener el título de Ingeniero Químico no debería ser de mucho interés en política, salvo lo que implica de inseguridad al que lo oculta y, sobre todo, lo que es mucho peor, de engaño a la ciudadanía. El mentir al ciudadano, y no tanto el que te falten dos créditos para terminar Derecho, debería ser la principal razón para dimitir o para que te expulsen de la esfera política. Por mentir al falsear tus credenciales universitarias, pero también, y esto es mucho más relevante, por declarar constitucional lo que en campaña se decía era claramente inconstitucional, por pactar con quien se dijo que nunca se haría, por amnistiar lo que antes se afirmaba no era amnistiable, por negar como actos de rebelión actuaciones que se afirmaban como tal en los mítines electorales. Engañar con un título o plagiar una tesis son actos censurables, pero el engañar en cuestiones que afectan de tal manera al país y a sus ciudadanos sí que debería tener consecuencias graves para ejercer la política.
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