Opinión
JUNTS… pero no revueltos
La fórmula de convivencia política que desde 2018 resume el pacto tácito del bloque, tan cercano como distante
Cádiz
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Iniciar sesiónA finales de los 80 el cine norteamericano nos trajo una comedia de enredo de Mel Damski que sus distribuidores en España bautizaron como «Juntos, pero no revueltos». En verdad el título original era «Happy together», juntos felices, fíjense qué ironía. Una comedia juvenil en ... la que por un error pasan a vivir en la misma dependencia universitaria un chico estudioso y serio con una alumna más propensa a la diversión.
Juntos, pero no revueltos, se ha convertido en nuestro hablar de andar por casa en algo así como unidos en lo que nos necesitamos, pero tú en tu casa y yo en la mía, lo que viene siendo descaradamente la política del bloque al menos desde 2018.
Recordando al gran autor colombiano esto ha devenido en la crónica de una muerte anunciada porque, cumplidos sus objetivos, aunque no del todo, y con enormes dificultades para obtener su plenitud, JUNTS se ha revuelto y se ha apeado de la alianza acuciado quizás por esa otra derecha de la Comunidad Catalana, unos grados más a la derecha y en el catalanismo, y ha decidido seguir en soledad lo que quede de legislatura quitando su apoyo al sanchismo.
¿Qué va a pasar? Lo inmediato es que el sanchismo seguirá en su empeño de regir sus intereses desde la Moncloa y «la revolución», -entiéndase como tal los demás que puedan verse revueltos, aunque no juntos- manteniendo sus votos con Sánchez mientras pueda sacar algo de sus políticas propias o gozar de sus puestos y nombramientos.
El PNV me recuerda esos viejos cocodrilos apostados silenciosos en la orilla del río esperando siempre la oportunidad de atacar. Feijoo ha apretado el acelerador y habla de lo que no hablaba o hablaba menos. De inmigración, Mazón o Abascal. VOX insiste en su paraíso especial, ensueño de derechas críticas cuando no opuestas al europeísmo, deseando que Tezanos acierte por una vez en su vida de alto funcionario de las encuestas. Y Sánchez demostró antier en el Senado que sigue hablando como Pedro… por su casa.
Mientras, Trump sigue con su machaqueo a España porque Sánchez sigue siendo Sánchez y las memorias que nos trae el Rey Don Juan Carlos prometen cosas. Le di al pueblo español la democracia.
No sé cómo va a acabar esto, pero es probable que cambie y, si así fuera, como deseamos muchos, sería bueno ir tirando de hemeroteca y revisitarla tranquilamente. Cerrar los ojos y ver qué puede atribuirse al gobierno de Sánchez porque estas próximas elecciones podrán ser decisivas. O cambiamos o nos despeñamos juntos.
Juntos, aunque no revueltos.
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