Déjà vu

Nos siguen enseñando los montones de coches apilados para los que tampoco encuentran solución porque ninguna otra autonomía ni el gobierno de la nación consiguen sacarlos de allí. «Si quieren ayuda, que la pidan», pero nadie arrima el hombro.

Salvando las distancias, pobres de ellos desamparados al haber tenido que optar por dejar el calor de sus familias y lanzarse a la tragedia de los cayucos, están los inmigrantes menores no acompañados, aquellos que los gobiernos socialistas de Andalucía hasta en sus publicaciones oficiales, llamaban «menas» y que hoy, no sólo les da repelús decirlo, sino que achacan a la derecha ese singular acrónimo. Cosas suyas, que tiran la piedra y esconden la mano.

Clavijo, el de Canarias, se pasa el día «pidiendo ayudas» para paliar el problemón que tiene con los constantes desembarcos de inmigrantes en sus costas, y ya se ve, «si quieren ayudas, que las pidan», que decía el presidente. Cosas suyas, ¿no?

Ahora sale el otro canario, el ministro, diciendo que el problema lo tiene Clavijo porque gobierna con el PP y que el PP no se aviene a negociar. Ejem, ya se acaba de ver en el ayuntamiento de Jaén como se la gasta esta gente. Negociar es de dos, ceder y admitir que se puede estar errado o que hay ideas aprovechables al otro lado. Nunca chantajear por aquello de que, para cerrar un acuerdo, tienes que pasar por un trágala.

Negociar, bien que lo hacen para mantenerse en el poder y, si no, repasen las concesiones que han ido haciendo a separatistas o a Podemos-Sumar por sostenerse en la Moncloa pese a tenerse visto en la hemeroteca cuanto decían que jamás cederían. Cosas suyas.