OPINIÓN

Su chistera

Creo que la hora solar o la misma hora que Portugal nos vendrían bien

Tengo un amigo que suele adornar muchos de sus correos con eso que ahora llaman «sticker», que no sé por qué no dicen pegatina. Bueno, el caso es que suele acabar alguna de nuestra particular correspondencia con la silueta de un tipo haciendo una leve reverencia y alargando con su brazo una chistera.

Hoy les hablo de la chistera de Sánchez, de ese virtual sombrero de copa de sus trucos porque en esta semana ha sacado el de la hora, seguro que pensando en entretenernos en ese dilema tan nuestro de preguntarnos si sumar o restarla por el cambio y así dejar de hablar de otras cosas.

En los informativos preparan argumentarios como cuando las doce uvas de fin de año. Toda una semana hablando de lo mismo e ilustrándonos con iconos de relojes con una manecilla adelante o atrás y en la que no han faltado las entrevistas a pie de calle para saber si se adelanta o retrasa el reloj cuando hoy, en una sociedad que tienen más móviles que niños, basta esperar a que lo haga por nosotros ese esquicio de IA que nos echamos al bolsillo. Y, todo ello adobado con el posible síndrome que pueda llegar como cuando se acaban las vacaciones.

Gracias a Dios no recuerdo haber tenido nunca eso ni en el cambio de hora, ni al acabarse las vacaciones. Cuando era colegial reencontrarme con mis compañeros en clase era un gozo esperado y cuando estaba en plenitud laboral, otro por volver a ocuparme de mis tareas, que de todo se cansa uno, hasta del ocio.

Eso sí. Ya que Sánchez nos ha entretenido con este penúltimo truco, les confesaré que apuesto por la hora que corresponda a nuestro meridiano y que en un país que presume de la igualdad de todos nosotros, los canarios vivan en la misma hora que los peninsulares, los norteafricanos o los baleares, aunque les hurtemos esa publicidad manifiesta de repetir cada sesenta minutos lo de una hora menos en las islas canarias. Creo que la hora solar o la misma hora que Portugal nos vendrían bien.

Sánchez, acorralado por lo que tiene encima, ha vuelto a sacar esta semana de su particular chistera otro recurrente truco, la hora, porque son muchas las calamidades que tiene encima, bien por cuestiones judiciales familiares o de partido, bien por presupuestos sin apoyos o quizás por ese ostracismo creciente en el que se va hundiendo en lo internacional y, si no, escuchen a Trump o al de la OTAN, vean el caso que le ha hecho Bruselas con lo de la hora u oigan a Junts, que no es el cambio de hora sino la hora del cambio. ¿Moción, elecciones?

No le veo yo preocupado por nuestra tranquilidad, no, sino más bien bastante agobiado por lo que le pueda caer encima, pese a las encuestas de Tezanos.

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