OPINIÓN
Obras para el despegue definitivo
El aeropuerto de Jerez aborda un proyecto de mejora de sus instalaciones que permitirá captar más vuelos
El aeropuerto de Jerez abordará en las próximas semanas un importante proyecto de mejora que permitirá a la dirección de AENA, empresa pública que explota los aeropuertos españoles, poder captar nuevos vuelos comerciales. La terminal jerezana forma parte de un segmento de aeropuertos de tipo medio con una media anual de veinte conexiones, de las que cinco son regulares y el resto 'charters'.
El objetivo de las administraciones públicas es lograr que el aeropuerto provincial escale posiciones con una amplia oferta de vuelos domésticos. La Diputación de Cádiz trabaja en ello y la Feria Internacional de Turismo (Fitur), que cada mes de enero se celebra en Madrid, es uno de los principales ganchos para captar nuevas conexiones.
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana aprobó el pasado año el nuevo Plan Director del Aeropuerto de Jerez. El Plan prevé mejoras y ampliaciones para que la infraestructura pueda acoger a 1,96 millones de viajero al año, y alrededor de 60.650 vuelos. Según datos de AENA, en 2019, año anterior a la pandemia, el aeropuerto de la localidad gaditana registró 1,12 millones de pasajeros y 54.400 operaciones. Con relación al campo de vuelo, se deberá ampliar la calle de rodaje hasta la cabecera de la pista. Cabe recordar que entre 2007 y 2008 el aeropuerto jerezano sufrió una importante ampliación. La empresa ACS, a través de su filial Dragados, se adjudicó el contrato de obras de la segunda fase de la ampliación del edificio terminal del Aeropuerto de Jerez por un importe de 7,22 millones de euros. El contrato contemplaba entonces la ampliación en 1.300 metros cuadrados de la zona de embarques, para pasar de cinco a siete puertas de salida. El edificio de embarques del aeropuerto de Jerez cumplió el pasado año treinta años.
La ejecución de este proyecto, que se inauguró al calor del crecimiento experimentado por el tráfico aéreo durante los años 80, requirió más de 2.700 millones de pesetas de inversión y 18 meses de obras. El 7 de mayo de 1992 marcó todo un punto de inflexión en la historia de esta infraestructura, por cuanto representó su pase a la modernidad. La puesta en servicio de la nueva terminal sentó las bases de lo que sería el desarrollo posterior del aeropuerto, que en 1993 dejaría de ser base militar. Entre 2000 y 2007, este aeródromo vivió una época dorada.
