Apunte

Una década de retraso en el cuidado del patrimonio

La denuncia del PP da forma a lo que piensa la mayoría de la ciudad: ocho años de dejadez, de falta de ideas y trabajo, no se arreglan con una comisión

El apunte

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La capital gaditana tiene la fortuna de contar con atractivos diversos, de distinto origen. Están los naturales, encabezados por unas playas y una climatología privilegiadas que sólo cabe cuidar y mantener, conservar. Nada más y nada menos. Pero también están los históricos y urbanísticos, los culturales, que tienen cada vez un mayor peso en el global de los creadores potenciales de visitas de foráneos y actividades de visitantes o vecinos. En tantos años que Cádiz lleva de moda como destino veraniego en España, son tantas campañas de promoción turística, que resulta redundante recordar que no hay un solo tipo de turismo que pese más que todos los demás juntos. Es una realidad diversa. Es evidente que los edificios históricos, los enclaves particulares, como monumentos, calles, plazas o paseos forman parte esencial, quizás la principal, de la oferta de todo el sector servicios. Nadie lo va a poner en duda, menos aún en periodos concretos como el actual (navideño), el de Carnaval, Semana Santa o en pleno verano. Por ese motivo se trata de cuidar una riqueza que va mucho más allá de lo urbanístico y lo paisajístico, que es valor real, escenario imprescindible para múltiples actividades en las que trabajan miles de gaditanos. Es por tanto, pulmón económico esencial aunque esta ciudad tenga otras alternativas para atraer visitas.

El cuidado del patrimonio, entendido como murallas y fortalezas, paseos y fincas históricas, es fundamental. El Partido Popular de Cádiz pone el dedo en la llaga y resalta una realidad que todas las partes reconocen. Tras ocho años de abandono es necesario actuar de forma urgente y decidida. Una comisión de trabajo no parece la mejor, más efectiva y rápida, fórmula para recuperar dos mandatos completos, de 2015 a 2023, de absoluto abandono, de incapacidad y falta de ganas e ideas. Revertir los efectos de tanto daño causado por la inacción puede llevar décadas, porque son muchos años de dejadez. Ahora empezamos a ver los efectos de esa indolencia en nuestra vida diaria, en muchos ámbitos económicos, y en el caso de esta ciudad resulta esencial paliar el impacto que tiene. De forma efectiva e improrrogable. De una vez. Vamos casi diez años tarde.

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