APUNTE

La crueldad de explotar la miseria

De nuevo la Policía ha desarticulado en Cádiz a una red que se dedicaba a explotar sexualmente a mujeres extranjeras

El apunte

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Durante 2023 los equipos de investigación de la Policía Nacional y de la Guardia Civil no han dejado de trabajar en uno de los asuntos que más crueldad pueden encerrar. En destapar redes criminales dispuestas a explotar sexualmente a mujeres vulnerables y ganar con ellas mucho dinero. Todo ese dinero que les permitía tener unas grandes vidas mientras que arruinaban las de sus víctimas.

Una de estas operaciones se daba a conocer ayer y se ha tratado de la desarticulación de una red que se dedicaba a esta trata de mujeres en Utrera y en Rota. Una veintena de ellas. Aquí, en la provincia, tenían locales y viviendas donde estas chicas eran obligadas a ejercer la prostitución durante las 24 horas del día. Es decir, cuando el cliente quisiera, tenían que estar disponibles. Además, y como suele suceder en estos casos, las tenían aisladas, sin poder salir a la calle y con una vida completamente esclavizada para dicho fin.

Pero además, y como también es habitual en los modus operandi de estas redes, la manera de tenerlas siempre subyugadas era a través del miedo. Del chantaje. De hacer daño a sus familiares o a ellas si les delataban o pedían ayuda. Estas investigaciones destapan siempre que las víctimas son mujeres extranjeras que son captadas y traídas a España bajo el engaño de darles un trabajo y, una vez aquí, pagarles sus pasajes y estancia con dicho nuevo empleo. Sin embargo lo que les espera es la prostitución y esa continua amenaza de la que, sin recursos económicos, es muy complicado que puedan escapar. Y si esto no era suficiente, también les obligan en muchas ocasiones a consumir droga y a permitir además cualquier cosa que el cliente mande.

Y justo ahí está el otro lado de esta lacra. El cliente. Ese ser que a pesar de comprobar la situación de gran vulnerabilidad por la que pasan estas mujeres tampoco tiene escrúpulos para aprovecharse de ellas y, además, generar que este oscuro negocio siga existiendo y nunca acabe. Porque si no hubiera clientes, si ellos mismos denunciaran, si no se aprovecharan de los bajos 'costes', esta lacra de trata de mujeres y prostitución podría tener los días contados. Sin embargo ahí sigue. Y no en otros países. En el nuestro. Y bien cerca.

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