OPINIÓN
Sicarios en el aire. Herederos de Tarantino
No creo que la violencia sea la mejor opción para el cine y menos que esas secuencias estén sustentadas en el humor
A estas alturas no vamos a poner en duda que la violencia es un elemento estilístico en el cine de Quentin Tarantino. Desde que se estrenó en 1992 con «Reservoir dogs», sus películas están salpicadas de crudeza y sangre, mucha sangre que mana de cualquier ... órgano del cuerpo
La violencia en el cine de Tarantino busca generar impacto en el espectador , por muy desagradables que sean determinadas secuencias y que, a mí, particularmente, no me interesan.
No creo que la violencia sea la mejor opción para el cine y menos que esas secuencias estén sustentadas en el humor. No me divierte ver como cortan una oreja a un hombre, entre risas o como clavan algún objeto punzante en un ojo. No me resulta divertido, pero parece que el efecto Tarantino caló de lleno en muchos jóvenes realizadores que se han convertido en imitadores del cineasta estadounidense con innumerables películas.
Humor y sangre y, de paso, cierto tono gamberro. En muchas películas de acción como «Sicarios en el aire», que supone el debut en la dirección de James Madigan , un realizador que tiene, sin embargo, una dilata carrera en la industria cinematográfica con su trabajo como director de la segunda unidad en películas como Transformers, El despertar de las bestias o Megaladón. También ha sido supervisor de efectos especiales, una especialidad que ha ejercido en su primera película como director.
Toda la trama de Sicarios en el aire, prácticamente, trascurre en un avión, en un vuelo trasatlántico entre Tailandia y el aeropuerto de Los Ángeles, en EEUU. Lucas Reyes es un exmercenario que lleva más de dos años oculto en ese país asiático. Su antigua jefa acaba localizándole para encargarle la misión de encontrar a un hacker, el fantasma, que trae de cabeza a medio mundo. Debe protegerlo y llevarlo a Los Ángeles , lo que ocurre es que el avión está repleto de asesinos de todo el mundo que quieren acabar con él y obtener una suculenta recompensa.
El avión se convierte en un escenario de luchas y enfrentamientos constantes. A ver quién pelea mejor, quien es más ingeniosos y cuanta sangre se derrama. No hay más argumento. El guion no debe haber producido dolores de cabeza. Gana el que pegue más fuerte.
Josh Hartnett ,el actor protagonista, asumió todas las secuencias de acción, a lo Tom Cruise, en sus misiones imposibles…No necesitan de dobles, ni de especialistas, ellos mismos lo son. En Sicarios en el aire muere, recurriendo a una antigua frase, hasta el apuntador.
Es una película entretenida para los amantes del género. En mi caso, ya lo he dicho, me cansan tantas peleas y tanta sangre. Todo parece indicar que habrá secuela y como el avión se puede quedar pequeño quizá estemos hablando de sicarios en un trasatlántico. Tarantino reafirma, supongo que involuntariamente, mis opiniones ¿Qué demonios es una película ahora? Algo que está en cines cuatro semanas y a la segunda semana la puedes ver en una plataforma. Pues eso