OPINIÓN

'La contadora de películas': La magia de contar

Es un melodrama emotivo y sensible que, mantiene vivo el interés de la narración, a pesar de que el equipo técnico y artístico parece una representación de la ONU

Eduardo Moyano

Cádiz

Contar películas como cuentos. Hacer soñar a quienes nos escuchan. Imaginar las mismas aventuras de los héroes de la pantalla . El cine es capaz de trasmitir todo tipo de emociones.

Estos días se estrenó «La contadora de películas», una historia sencilla, lineal que narra la historia de una niña que se convirtió en contadora de películas, primero para su familia y posteriormente para otras decenas de mineros de un campamento en el desierto chileno de Atacama. Personas que no podían recaudar los pesos necesarios para acudir al improvisado cine que proyectaba películas del oeste, comedias, aventuras o melodramas de los años sesenta, en que está ambientada fundamentalmente la historia, aunque en su tramo final hay referencias al triunfo de Allende en las elecciones y posteriormente al golpe militar de Pinochet.

«La contadora de películas», se basa en la novela corta del mismo título del escritor chileno Hernán Rivera Letelier quien, en su juventud, fue minero en las minas de salitre ,repartidor de diarios o un cinéfilo de pro. «Los miércoles-ha contado-entraba en la sala en las dos de la tarde y no salía hasta la una de la mañana ,para ver en más de una ocasión las tres películas que proyectaban».

Algo así ocurre en la adaptación que han hecho tres guionistas del prestigio de Isabel Coixet, Walter Selles y Rafa Russo que muestran su amor al cine intercalando en la narración imágenes de grandes películas como «Espartaco», «Senderos de gloria», «El hombre que mató a Liberty Valance» , «Con faldas y a lo loco» o «El apartamento». Películas que ve la protagonista, la única chica en una familia que forman ella, sus padres y tres hermanos mayores.

En el campamento minero todos los días son iguales, salvo los domingos en que la familia al completo acude, atildada, al cine. Es la tarde en que sueñan y en que olvidan problemas y penurias. El matrimonio no pasa por un buen momento. Él (Antonio de la Torre) tiene más de veinte años que ella, la francesa Berenice Bejó, quién sueña con dedicarse al mundo del espectáculo. Un accidente deja impedido al padre y la relación se tensa aún más. No recibe la indemnización que le hubiera correspondido y la situación familiar se vuelve insostenible. No tienen dinero para ir al cine y deciden que solo vaya uno, y tras sucesivas experiencias negativas del resto de hermanos, María Margarita, interpretada en sus dos edades por las actrices chilenas Sara Becker y Alondra Valenzuela, se convierte en una espléndida contadora de películas. Su capacidad para detallar las imágenes que ve en pantalla la permite enfrentarse a una serie de situaciones dolorosas.

«La contadora de películas» es un melodrama emotivo y sensible que, mantiene vivo el interés de la narración, a pesar de que el equipo técnico y artístico parece una representación de la ONU. La directora Lone Scherfing ( «An Education», «Italiano para principiantes») es danesa; Antonio de la Torre, español, malagueño por más señas ;Berenice Bejó, francesa y Daniel Brühl, alemán. Un reparto multinacional para una película con vida propia a pesar de la mezcolanza que hay en todos y cada uno de los campos cinematográficos. Será que el resultado tenga que ver con lo mágico que es el cine

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