opinión
Chaplin perdura con su quimera
El genial cineasta sigue vivo cada vez que vemos una de sus películas haciéndonos reír o emocionándonos con sus historias
Si se puede hablar de un genio reconocido por generaciones y generaciones ese es Charles Chaplin. El genial cineasta sigue vivo cada vez que vemos una de sus películas haciéndonos reír o emocionándonos con sus historias. Una de sus obras maestras es «La Quimera del ... Oro» que ha cumplido cien años desde que se estrenara por primera vez en junio de 1925. Un siglo desde que el genial cineasta contara la odisea de su vagabundo por las heladas tierras de Alaska a la búsqueda de oro. Una película que nos deja escenas inolvidables y que figura entre las más creativas del «Universo Chaplin».
Chaplin hizo una obra maestra del hambre, de la necesidad, del frío o de la nieve. ¿Quién no se acuerda de esa cabaña, en que se protege del frío junto a otros dos hombres con los que intenta sobrevivir?, ¿qué momentos hilarantes se viven en esa cabaña tanto en las secuencias iniciales como en el tramo final? La escena de la bota, cuidadosamente cocinada, y con Charlot degustando los clavos como si fuesen huesos de pollo no la olvidaremos como, tampoco, el momento en que regresan a la cabaña y el temporal hace que se queden al borde de un precipicio. Tengo que hacer notar que el calzado se fabricó con regaliz y los clavos que saborea Charlot eran de caramelo para que pudieran ser devorados en la pantalla con todas las garantías.
El germen de «La quimera del oro» nació en una reunión en casa de los actores Mary Pickfordy Douglas Fairbanks que junto a Chaplin y el director D.W. Griffith habían creado la United Artist, una productora independiente que buscaba proteger a los actores frente a la presión y los pingües beneficios de los grandes estudios. El matrimonio enseñó a Chaplin unas fotografías tomadas en Dawson City , durante la fiebre de oro que llevó a la región, a finales del siglo XIX, a miles y miles de personas…A Chaplin le llamó la atención las enormes colas formadas por buscadores de oro que trataban de cruzar el paso de montaña Chilkoot mientras luchaban contra la nieve. Posteriormente, su obsesión por la lucha del hombre contra climatologías extremas le llevó a estudiar el caso de la expedición «Donner , en la que un grupo de pioneros se quedó aislado durante el invierno de 1846 , teniendo que recurrir al canibalismo para sobrevivir.
Para la primera y espectacular secuencia en que se mostraba a la fila interminable de buscadores de oro, Chaplin hizo traer de Sacramento a seiscientos vagabundos para que hiciesen de extras, pagándoles la jornada de trabajo… A excepción de esa secuencia el resto de la película fue rodado en el interior de los estudios, aunque el oso que camina tras Chaplin en la montaña , era real y la nieve en cambio, fue disimulada con una mezcla de sal, harina y confetis de papel.
Hambre, frío, soledad, por las que pasa »El buscador solitario» de «La quimera del oro» y también un hueco para enamorarse de la «chica», algo muy habitual en el cine de Chaplin que permitía que su personaje encontrara el amor, después de tantas penurias. Fueron quince los meses necesarios para terminar la película que costó un millón de dólares de la época y recaudó cinco, sólo en EEUU. Un éxito enorme que llevó a Chaplin a reeditar la película en 1942, añadiendo una narración con su propia voz y una banda sonora .La quimera del oro fue una genialidad que, ahora se repone en algunos cines en su versión sonora. En la pantalla grande o incluso, en la chica, habrá ocasión de disfrutar de una delas grandes obras de un cineasta único quién afirmó que «era la película por la que quería ser recordado».
Sin duda le recordamos por La quimera del Oro, pero, también por El chico, Tiempos modernos, El gran dictador, Candilejas, Luces en la ciudad o cualquiera de sus cortometrajes que perduran, superando el paso del tiempo.