OPINIÓN
La vocación no se negocia
Podría haberse situado muy por encima de la mayoría de los mortales
Yo no fui a ninguna firma de Vargas Llosa, no coincidí con él, no tengo ningún recuerdo personal de este escritor, ni anécdotas que contar, a pesar de que estuvo en Cádiz en varias ocasiones con motivo de eventos culturales. Sin embargo, parece que fue ... un escritor muy accesible, cercano y empático. En las últimas horas, internet se ha llenado de fotos suyas y de textos con anécdotas compartidas por miles de usuarios en redes sociales.
Eso debería decir mucho de un autor como él: Premio Nobel de Literatura y, por supuesto, Premio Cervantes. Dice mucho de un escritor que, en su faceta puramente intelectual, difundiendo su obra a nivel mundial y ocupando un asiento en la Real Academia Española, podría haberse situado muy por encima de la mayoría de los mortales.
Sin embargo, buceando entre la multitud de textos, entrevistas, artículos y declaraciones que dejó, me ha llamado profundamente la atención un párrafo en el que expresa con claridad su vocación como escritor.
Subrayo un par de frases que, para quienes aspiran al noble oficio de contar historias, pueden ser auténticas perlas de sabiduría:
«Yo voy a ser un escritor. ¿Y qué va a querer decir en mi vida 'ser un escritor'? Va a querer decir lo siguiente: que yo voy a dedicar lo mejor de mi tiempo y lo mejor de mi energía a escribir. Y voy a buscar trabajos alimenticios que no sustituyan, que no estorben, que no perturben esa dedicación fundamental a lo que es mi vocación.»
La vocación no se negocia, y qué mejor manera de recordarlo —y de aprenderlo— que honrando la memoria de uno de los grandes nombres de la historia de la literatura: Mario Vargas Llosa.