OPINIÓN
Cuando no hay margen
Es llegar a casa y sentir un continuo desgaste tras horas de trabajo y kilómetros diarios. Del trabajo a la oficina, de la oficina al trabajo… y al final del día no queda espacio personal
En cada asunto al que nos dedicamos —un deporte, una actividad, un hobby, un arte— existe siempre una maniobra, un movimiento o una técnica que necesita un margen para ejecutarse.
La primera vez que escuché esta idea fue hace un par de años, cuando un ... amigo, apesadumbrado, me contaba que había entrado en una dinámica de cambios de trabajo continuos: de una empresa a otra, como si fuera saltando, pivotando, estirando un poco más las posibilidades.
Es llegar a casa y sentir un continuo desgaste tras horas de trabajo y kilómetros diarios. Del trabajo a la oficina, de la oficina al trabajo… y al final del día no queda espacio personal. Cuando te detienes a pensar, descubres que lo has hecho todo corriendo, sin darte un respiro, sin la oportunidad de ahorrarte un movimiento o un esfuerzo. Está todo calculado, como si no tuviéramos margen para movernos.
Cuando surge la necesidad de encontrar alivio frente a la carga del día a día, de lo mundano, si uno está más o menos alineado con el mundo que le ha tocado vivir, recurrirá rápidamente a la píldora, a la autoayuda o a la terapia. Buscará el consuelo individual.
Nos han acostumbrado a eso: a buscarnos la vida sin mostrar debilidad, siendo productivos y eficientes. No queda espacio para el consuelo ni para la tristeza de sentirse incapacitado en un mundo cada vez más salvaje. No hay margen para reconocerlo.
Por eso me sorprende tanto que se hable de una sociedad blanda o de cristal, como si aguantar cualquier condición fuera lo normal, lo deseable, en una sociedad para cualquier persona.
Supongo que, una vez asumido este hecho —el de vivir sin apenas margen para darse cuenta de si uno está bien o mal—, llegará el momento en el que ya no sepamos qué tenemos o no que reivindicar. Entonces empezaremos a preocuparnos más por los resultados de nuestra vida, y no tanto por los márgenes de maniobra.
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